Las relaciones de patronazgo y clientelismo impregnaban el entramado social del Antiguo Régimen en una sociedad en que la desigualdad en el reparto de recursos daba lugar a una intensa economía de intercambios. Este libro incide en las relaciones de patronazgo como elemento estructurante del sistema político. Muestra cómo las redes de clientelismo se fueron reconfigurando en función de la posición del rey en el sistema, a medida que éste se fue convirtiendo en el principal distribuidor de recursos. La obra estudia el patronazgo de los poderosos, el patronazgo regio y el gobierno imperial en la monarquía de los Austrias, así como su evolución en la monarquía absoluta, de la consolidación a la crisis del sistema.