Anna Akimovna, propietaria de una fábrica en una provincia rusa, se debate en plenas fiestas de Navidad entre la añoranza de su infancia, cuando aún no le había sonreído la fortuna económica, y sus deseos de encontrar un marido que rompa su soledad. Durante dos días vivirá el contraste de dos mundos: el de sus obreros, a los que respeta pero es incapaz de comprender, y el de sus colaboradores y amigos, que repudia por su egoismo y frivolidad. Con delicado sentido del humor, Chéjov reconstruye mediante suaves pinceladas las contradicciones de una sociedad, a finales del siglo XIX, que ansia y teme al mismo tiempo los cambios que se avecinan. Entre todos los personajes, magistralmente construídos, destacan las mujeres: la propia Anna Akimovna, su campechana tía y la bella doncella Masha, que no logra el amor del cursi lacayo Mishenka.
Una línea de ferrocarril en construcción. Un hombre perdido en la estepa, en un paraje que recuerda «los tiempos del caos». Un ingeniero entusiasta de la vida y la civilización. Un joven barón pesimista, convencido de que al cabo de mil años no quedará ni
Esta es la apasionante vida de una mujer del siglo xx, Olga Chejova, que consiguió sobrevivir ala Revoluciónrusa y a la guerra civil para escapar a Berlín huyendo de la miseria y la degradación. Allí se convirtió, con el paso de los años, en una gran estrella de la cinematografía alemana, mimada por el Tercer Reich. Pero tras su título de «Actriz del Estado» concedido por el mismísimo Führer, Olga Chejova escondía un peligroso secreto: el de espía de los servicios de inteligencia soviéticos, dispuesta a participar en un complot para asesinar a Hitler.
La fama de Chéjov suele ocultar o pasar por alto su talento para la comedia, algo que él, a tenor de sus disputas con Stanislavski, seguramente nos reprocharía. Pero tanto en «Mercancía viva» (1882) donde un hombre sorprende in fraganti a su mujer y a su amante, pero se aviene a un arreglo económico de inesperadas consecuencias como en «Flores tardías» (1882) la historia de la ruina de una familia aristocrática, y del amor ciego de una princesa por un médico que nació siendo siervo el humor, las situaciones equívocas y las degradaciones cómicas se revelan parte esencial de su universo. Más «impecablemente» chejoviano es «Mi mujer» (1892), una obra maestra de la técnica del punto de vista que nos desvela poco a poco la odiosa personalidad de un hombre que ha perdido el amor de su mujer, y, poco a poco también, en medio de una hambruna, la transformación que le permite recuperarlo. En «Un asesinato» (1892), las desavenencias religiosas y un callado conflicto por una herencia conducen a una tragedia familiar, contada, en su preparación y en sus secuelas, con minuciosidad y sin suspense. Flores tardías y otros relatos reúne cuatro piezas rara vez antologadas de este maestro de la narrativa breve y que son un complemento imprescindible de nuestra edición de sus Cuentos (Alba Clásica Maior núm. XXI).
Antón Paulovich Chejov es el gran analista de la vida social y política rusa en las últimas décadas del siglo XIX. Por sus más conocidas comedias: El tío Vaina, La Gaviota y El jardín de los Cerezos, constantemente representadas en los teatros del mundo, no es exagerado asegurar que puede clasificársele como creador del teatro contemporáneo.
Este volumen reúne sesenta cuentos de Chéjov con la intención de que el lector español disponga de una antología extensa y representativa de la narrativa breve del gran escritor ruso. Ofrece una panóramica amplia del cuento chejoviano, desde las implacables piezas humorísticas de sus primeros años hasta las complejas composiciones de su última época, de 1883 a 1902.
Acostumbrados a las farsas, cuadros festivos o dramas sentimentales habitualmente representados en la época, crítica y público no pudieron sino recibir con desconcierto e incomprensión los drama sutiles e impregnados de lirismo de ANTON CHÉJOV (1860-1904), en que, bajo la quieta superficie de lo cotidiano, se ocultan -como observa Juan López-Morillas en el prólogo a este volumen- «angustias, penas, esperanzas, ilusiones frustradas, que, vistas desde fuera, se nos antojan meros achaques de la vida común y corriente, la carga impuesta al ser humano por el hecho de serlo». Estrenada en enero de 1901, LAS TRES HERMANAS tiene por protagonistas a tres huérfanas atrapadas en el ambiente anodino de una ciudad de provincias y dominadas por la figura de una mujer tiránica. EL HUERTO DE LOS CEREZOS, por su parte, se centra en el conflicto entre la nostalgia del pasado y la esperanza de un futuro mejor.
En 1890 Antón P. Chéjov viajó a la isla de Sajalín, en el extremo occidental de Siberia, donde el gobierno del zar deportaba a los condenados a trabajos forzados, con la intención de realizar una encuesta y un censo con vistas a su tesis doctoral en Medic
Con su intuición de las constelaciones familiares y de las pasiones calladas, Natalia Ginzburg narra la vida breve de Antón Chéjov (1860-1904), desde su juventud en Taganrog y sus primeros años en Moscú, los inicios como escritor humorístico y su trabajo como médico rural, hasta su viaje al campo de Sajalín, sus primeros éxitos como autor teatral, la enfermedad, los últimos años en Yalta y la muerte prematura en Badenweiler. En este hermoso libro, como si se tratara de uno de aquellos azares del destino, la escritora italiana consigue de manera asombrosa ese tono que el retratado dominaba de manera magistral, y nos ofrece un pequeño pero hermoso bocado de quien fue, es y será siempre uno de los mejores retratistas del alma humana.
Rechazando las convenciones y efectismos propios del teatro del momento, Antón Chéjov (1860-1904) aspiró a crear obras más contenidas y sutiles, exentas de didactismo y enjuiciamientos morales, en las que la vida se mostrara objetivamente tal y como es, con la complejidad y sencillez que reviste la cotidiana realidad. El presente volumen reúne tres de sus obras más representativas: " Ivánov " tiene como protagonista a un activo representante del liberalismo ruso dominado ahora por la indolencia y la abulia; " La gaviota " condensa las reflexiones del autor acerca del arte y su función social, y " Tío Ványa " ofrece el contraste entre el hombre útil, activo y sensible a los problemas de la humanidad, y la vida rutinaria y soñolienta del hacendado de la época. Traducción de Juan López-Morillas
Chéjov, que se jactaba de no emplear más de veinticuatro horas en escribir una historia, que nunca llegó a terminar una sola novela, es reconocido universalmente como uno de los más influyentes escritores rusos. Gran conocedor de su país, llenó sus obras con tipos de todas las clases sociales.