El autor, luego papa León XIII, aborda la necesidad de esta virtud para la perfección cristiana, y el modo de crecer en ella. Incluye un apéndice con dos cartas de Teresa de Lisieux.
Teresa de Lisieux recoge en esta obra sus escritos y su vida. De esta santa no puede medirse el grado de su santidad, pero puede comprobarse que se ha hecho popular y es estudiada e incluso admirada por grandes teólogos. Teresa propone una alta santidad, pues no hay "santidad grande y santidad pequeña" como se ha dicho a veces; la que se vive en la sencillez es la "que me parece la más verdadera, la más santa, la que yo deseo para mí", escribió. La autora no parte de teorías o exposiciones abstractas, sino que arranca de su propia experiencia. Los escritos principales de la santa pueden resultar de gran utilidad a muchos creyentes, a quienes buscan un Dios comprensivo con nuestra debilidad y miseria, a quienes desean una orientación para llevar en la práctica una vida de entrega generosa según las exigencias del evangelio.