En esta obra, Rudyard Kipling recurre a un personaje de Shakespeare, el duende Puck de "El sueño de una noche de verano", para relatar e hilvanar una selección de historias que vivifican fragmentos sustanciales de la historia de Inglaterra. El travieso duende, convertido por Kipling en un excepcional conocedor tanto del mundo mágico como de los remotos sucesos de su país, acompañará a Dan y a Una, dos hermanos deliciosamente naturales y espontáneos, en normandos y sajones, piratas daneses, legionarios romanos, artistas del Renacimiento y prestamistas judíos.
Kim es un muchacho huérfano, hijo de un sargento irlandés que vive en la India. Busca un río milagroso en compañía de un lama tibetano y a la vez es correo del servicio secreto británico. Las aventuras que vive desarrollan su mundo interior. Obedece el llamado de la sangre y también el de la tierra. Mientras el Oriente le da el sentido de lo maravilloso, el Occidente le otorga el de la acción. Con un estilo directo, conmovedor y no falto de pintoresquismo, el autor define el perfil humano del personaje. Un clásico de la literatura colonial inglesa.
El presente es, en cierto modo, una novela autobiográfica, en la que Rudyard Kipling retrata su paso por un internado británico. El autor se transmunta en el niño que fue y convierte el ingenio en foco de risas y canto a la infancia como única etapa libre de la hipocresía generalizada entre los adultos. Tal como lo plantea Kipling, la labor de convertir a los muchachos en hombres de provecho se estructura como una lucha con dos bandos claramente diferenciados: los niños, que quieren que se les dejen ser niños, y sus guardianes, que han de conseguir que dejen de serlo. A lo largo de la novela ambos grupos luchan por su postura; los adultos juegan con ventaja porque su razón tiene al futuro de su parte, pero la razón de los niños es mucho más divertida...
De los relatos de este volumen de Rudyard Kipling (Bombay 1865-Londres 1936), Jorge Luis Borges ha dicho que son «lacónicas obras maestras». No es una opinión ni aislada ni azarosa, sino varias veces repetida, como si se tratara de algo largamente meditado que ha ido destilándose a lo largo de toda una vida de lecturas felices. 10 narraciones maestras revelan a otro Kipling, un Kipling laberíntico y secreto en sus argumentos, y también, como dijo George Moore, al «único autor inglés, después de Shakespeare, que escribía con todo el diccionario». «La Puerta de los Cien Pesares», «La casa de Suddhoo» y «Transgresión» fueron escritos en India, en 1885, por un joven de veinte años en un estilo sencillo y directo. Veinte años después, escribiría en tono muy distinto «Una guerra de sahibs» y «Ellos». Sus últimos relatos, «La casa de los Deseos», «Una madonna de las trincheras», «El ojo de Alá», «El jardinero» y «La iglesia que había en Antioquía», son ya ejecutados por un hombre de sesenta años con un dominio del lenguaje y una densidad argumental poco frecuentes. «No hay uno solo de estos cuentos», escribe Borges, «que no sea, a mi parecer, una nueva y suficiente obra maestra. Los primeros son ilusoriamente sencillos, los últimos, deliberadamente ambiguos y complejos. No son mejores, son distintos. En todos ellos, el autor, con sabia inocencia, narra la fábula como si no acabara de comprenderla y agrega comentarios convencionales para que el lector esté en desacuerdo».