Aquest llibre aplega versos dels poetes romàntics més insignes d?Anglaterra (Wordsworth, Coleridge, Lord Byron, Shelley i Keats) en la seva llengua original i en les versions, ja clàssiques, de Marià Manent. William Wordsworth (1770-1850) i Samuel T. Coleridge (1772-1834) són els dos pioners del moviment: el primer va apostar decididament per renovar el llenguatge poètic apropant-lo a la parla col·loquial; el segon va combinar com pocs el pensament i la creativitat poètica i va llegar a la posteritat el memorable Poema del vell mariner, traduït íntegrament en aquest volum. George Gordon Noel, més conegut com a Lord Byron (1788-1824), encarnà a la perfecció el tipus del poeta rebel i hipersensible, de versos ara càustics, ara melangiosos, i Percy Bysshe Shelley (1792-1822) va escriure alguns dels poemes de més alta volada filosòfica i metafòrica del seu temps. Finalment, John Keats (1795-1821) cantà amb una finíssima sensibilitat i amb un lirisme excepcional el conflicte entre l?art i la vida. «Si Marià Manent obté una perfecció tan fluida i tan natural en les seues traduccions és perquè ell també és poeta, gran poeta, un dels nostres millors. [?] Rarament, per altra banda, els poetes de cap país tenen la sort de trobar un traductor que els aclimate en un món verbal distint, d?una manera (com és la de Manent) que només podem qualificar de meravellosa.» (Joan Fuster)
John Keats (1795-1821) tuvo apenas cuatro años, y dos de ellos lastrados por la enfermedad, para dejarnos una obra eterna que, al contrario que la de otros románticos más aclamados entonces, va ganando en valor con el paso del tiempo. Pocos poetas han buscado tan angustiosamente la belleza en su estado puro, el lirismo sin engaste. Quizás es este ideal tan alto que se marcó en vida el que hace que en sus poemas se respire a menudo una especie de melancolía de lo inalcanzable. En una de sus cartas, pozos siempre de sabiduría intuitiva, explica lo que le diferencia de Byron: Él describe lo que ve y yo lo que imagino. Keats necesita el estímulo de la belleza, proceda ésta del paisaje, de una obra artística o del amor, para dejarse ganar por la ensoñación lírica y ver desde ella cómo piensa el sentimiento, cómo siente el pensamiento, alzados los dos a una superior armonía. En muchos de sus poemas nos habla de ese espacio de mirada interior en donde no existe el tiempo y desde donde se roza el ideal.
El encanto de las cartas de Keats proviene de su deseo de una vida heroica, una especie de continua confrontación mágica que exigía respuestas adecuadas. Lo fascinante de la mente de Keats es la contradicción entre preocupaciones juveniles y una mesura de madurez, una aceptación orgullosa, amarga y gozosa de la vida trágica que asociamos con Shakespeare.
Monstruo femenino de la mitología y el folklore de la Grecia y la Roma clásicas, Lamia es una especie de vampiro que chupa la sangre de los niños e incluso se los come. La leyenda habla de una Lamia, hija de Libia y Belo, que se convirtió en amante de Zeus, por lo que fue castigada por Hera. Se decía en la Antigüedad que la mitad inferior del cuerpo de una Lamia era de serpiente, descripción que populariza el precioso poema Lamia, que John Keats publicó en 1820. Luis Alberto de Cuenca y José Fernández Bueno han traducido magistralmente este clásico de la poesía vampírica, que en esta edición recupera las ilustraciones de Will Low.
Junto con Wordsworth y Coleridge, junto con Shelley y Lord Byron, John Keats (1795-1821) forma parte de la brillante constelación de poetas románticos ingleses. Su obra, apreciada sin excesos durante su breve existencia, ha ido ganando con el paso del tiempo en la estima de los lectores, prendados a menudo por la fuerza de sus imágenes, por el poder evocador de sus versos y por los atisbos geniales de muchas de sus composiciones. Y es que su sensibilidad se anticipó en muchos sentidos a su época, como indican la devoción por él de poetas como Cernuda, Borges o Andrew Motion. La presente selección recoge, vertidos con gusto exquisito, sus poemas más hermosos y conocidos, como «Oda a un ruiseñor», «Oda sobre una urna griega», «Lamia» o «La Belle Dame sans Merci», entre muchos otros. Selección y traducción de Antonio Rivera Taravillo
DURANTE mucho tiempo ha quedado estereotipada la imagen de Keats como poeta refinado y ultradelicado, que murió víctima de la incomprensión y crueldad del mundo literario de su época; es decir, ha pervivido la idea romántica de Keats como poeta maldito. La imagen de Keats entronca mejor con la de aquellos posteriores poetas puros para los que el sentido poético es siempre absoluto y nunca circunstancial, y con la de los forjadores de la tour divoire, meticulosos, delicados y enfáticamente aislados del mundo circundante. Porque, en efecto, es muy difícil encontrar a lo largo de toda la obra keatsiana, e incluso en su correspondencia, ideas morales, sociales, políticas o metafísicas. Sus poemas son fragmentos de una proyección subjetiva sobre un mundo exterior idealizado y clasicista: un intento de asimilar, bajo la simple noción de Belleza, toda la gama de experiencias humanas. Keats quiso y se contentó con ser poeta; y poeta al modo más elevado, sin apenas permitirse intromisiones ni interpolaciones de ningún otro género que el que él creía era esencial. Keats había nacido en Londres en 1795 y murió en Roma en 1821, cuando contaba 26 años.
El malogrado poeta londinense John Keats, muerto en Roma de tuberculosis con tan solo veinticinco años, está considerado, junto con Shelley y Byron, como uno de los poetas más grandes de la llamada segunda ola del Romanticismo inglés. En su corta carrera publicó tres volúmenes de poesía, además de algunas piezas sueltas en revistas literarias. Algunos de sus poemas, como el inacabado fragmento " Hiperión " , suponen para muchos la cumbre de su expresividad y su madurez poéticas. " Endimión " , poema narrativo de 4050 versos, es el más largo y ambicioso de los poemas de John Keats. Basado libremente en el mito clásico del pastor Endimión, enamorado de la diosa Selene (la Luna, identificada también con Diana, la cazadora hermana de Apolo), constituye una obra de una poética insólita que desde su publicación resultó polémica y dudosa hasta para su propio autor. Sin embargo, los hallazgos lingüísticos y las imágenes son de una belleza tan sorprendente, que Julio Cortázar confesaba " releer cada dos años " .
JOHN KEATS, nace en Londres en 1795 y muere en Roma, tuberculoso, en 1821, donde se encuentran sus restos bajo el siguiente epitafio: «Aquí descansa aquel cuyo nombre quedó escrito en las aguas». Keats, que sin exagerada injusticia pudo escribir: «No sé nada, no he leído nada», adivinó, a través de las páginas de algún diccionario escolar, el espíritu griego; sutilísima prueba de esa adivinación o recreación es haber intuido en el oscuro ruiseñor de una noche el ruiseñor platónico. Keats, acaso incapaz de definir la palabra «arquetipo», se anticipó en un cuarto de siglo a una tesis de Schopenhauer. JORGE LUIS BORGES
La selección bilingüe de poemas que aquí presentamos pretende ser suficientemente representativa del conjunto de la obra poética de Keats, y da nuestra del genio poético del autor. Se incluyen en ella una selección de poemas recogidos de varias de sus obras: " Poems (1817) " , " Endymion " , " La víspera de Santa Inés " , " Lamia " , " Isabella " , " Hyperion " , " Poemas póstumos y efímeros " . Esta será la publicación más amplia de la obra de John Keats en español, con un estudio y notas.