Resultados de la búsqueda para: Gilbert Chesterton





CHAUCER (CHESTERTON, GILBERT KEITH)
G. K. CHESTERTON (Londres, 1874-1936), el gran escritor inglés, es conocido sobre todo por los relatos policiales del Padre Brown y por sus novelas, en especial El hombre que fue Jueves. Pero Chesterton fue también un magnífico biógrafo en un tiempo de biógrafos magníficos: Stefan Zweig, Lytton Strachey, André Maurois, Emil Ludwig o Harold Lamb, por recordar apenas unos cuantos nombres representativos. Chesterton, como biógrafo estuvo siempre a la altura de los mejores y fue quizás el primero en el tiempo, pues empezó a escribir biografías a finales del siglo XIX, en los inicios de su carrera literaria, antes de que se pusiera de moda el género, y su primer libro importante y de cierto éxito es la biografía dedicada al poeta Robert Browning (1903). Lo que le llevó a Chesterton al género biográfico fue, muy probablemente, su generosidad humana, su gran capacidad para el entusiasmo y su gusto por la polémica. Las biografías de Chesterton no son excesivamente objetivas como tampoco son convencionales ni académicas, ni destacan por su tamaño, su erudición o por su aparato crítico o documental, pero resultan siempre apasionantes y esclarecedoras; están escritas con apasionamiento y un enorme vigor e inteligencia y tocan mil asuntos aparte del personaje principal, para iluminar así, de forma un tanto oblicua, la humanidad del personaje pero también a su época, igualmente protagonista. La biografía de Chaucer (1932), que ahora presentamos, es en todos los sentidos una biografía plenamente chestertoniana, resplandeciente de sentido común y paradojas. Chesterton nos habla en ella no sólo de la vida de Chaucer sino, sobre todo, de la influencia de este en la formación del espíritu inglés y del tiempo que le tocó vivir: el del lento crepúsculo de la Edad Media, a la que ve como una época afirmativa y alegre y no de oscuridad y barbarie. A. L.

LAS MEJORES HISTORIAS SOBRE PERROS . SEGÚN GERALD DURRELL (CHESTERTON, GILBERT KEITH/WOOLF, VIRGINIA/KIPLING, RUDYARD/LONDON, JACK/Y OTROS)
Que el perro sea o no el mejor amigo del hombre, según un antiguo dicho, posiblemente está todavía por saber. Lo que sí se sabe con certeza es que las relaciones de los perros con los hombres han inspirado una vasta literatura. En esta selección de relatos breves, nos encontraremos con escritores de la talla de G. K. Chesterton, Hugh Walpole, Virginia Woolf, Rudyard Kipling, Jack London, etc., que intentaron ver cuál era realmente el nexo entre seres tan distintos. Cada cual nos ofrece una respuesta diferente. Desde la épica apasionada de London hasta la amarga fábula de Walpole, pasando por el humor fresco y vital de Jerome K. Jerome, o el lirismo arrebatador con que Virginia Woolf nos cuenta el final de Flush, el perro de Robert Browning y Elisabeth Barrett Browning.

EL CANDOR DEL PADRE BROWN (KEITH CHESTERTON, GILBERT)
Chesterton (18741936), narrador y pensador de pluma incansable, gran polemista, está considerado uno de los más grandes cultivadores del relato policial. En su opinión, la novela detectivesca es una plasmación popular de la poética que encierra la vida cotidiana y se trata de ver a1 héroe de las historias policíacas como un moderno caballero andante. El candor del padre Brown (1911) tuvo tanto éxito que obligó a Chesterton a continuar la saga con más de cincuenta relatos protagonizados por este curilla tan particular. El padre Brown es la antítesis del investigador privado, científico y ultrarracional, representado por Sherlock Holmes. El personaje de Chesterton resuelve los casos basándose, mucha veces, en la intuición y el profundo conocimiento de los impulsos morales y la naturaleza humana que le proporciona su desempeño pastoral, aunque sus deducciones pretenden ser lógicas. Chesterton, con un método tan heterodoxo como convincente para el lector, crea un personaje, no exento de elementos cómicos, que al tiempo le sirve tanto para dar rienda suelta a su fantasía como para exponer sus ideas sobre el mundo, el hombre y la sociedad.

¿ESTAMOS DE ACUERDO? . UN DEBATE EN PRESENCIA DE HILAIRE BELLOC (CHESTERTON, GILBERT KEITH / SHAW, GEORGE BERNARD)
Como es sabido, George Bernard Shaw (1856-1950) y Gilbert Keith Chesterton (1874-1936), los dos formidables escritores ingleses de la primera mitad del siglo XX, polemizaron durante años y años sobre los más diversos asuntos, tanto en la prensa como en debates en vivo ante el público, como es el caso de este mismo «¿Estamos de acuerdo?», celebrado en 1923, y que milagrosamente pasó, no sabemos por manos de quién, de la sala de conferencias al papel en 1928. En realidad, poco importa el asunto concreto que debaten aquí. Sea cual sea, lo que destaca es el placer de contender.

EL HOMBRE VIVO (CHESTERTON, GILBERT KEITH)
Gilbert K. Chesterton, el genial escritor inglés entre cuyos méritos se encuentra la creación del inmortal Padre Brown, escribió esta desconcertante novela. Narra el caso de Innocent Smith, un hombre común, aunque algo extraño, cuya visión del mundo es pu

EL ACUSADO (CHESTERTON, GILBERT KEITH)
Se recoge en este libro una serie de ensayos sobre una amplia gama de temas publicados originalmente en el Speaker con el título de The Defendant ("El acusado"), que aparecen ahora por vez primera traducidos al español en versión de Victoria León Varela, experimentada traductora de la obra del autor británico. [...] Inmensa fue en su tiempo la fama de su autor. El impacto de los artículos y ensayos [...] siempre estuvo asegurado. [...] Maestro insuperable de la paradoja, [...] la usó como nadie para descubrir la fragilidad de toda verdad. [...] No escribía para contar, sino que lo hacía para ensalzar, denostar o refutar algo. [...] Dotado como pocos para la burla. [...] Personalísimo sentido del humor, [...] originalidad en sus argumentos, [...] y una irreprimible pasión por la polémica. [...] Fue un escritor excepcional. [...] Fue de forma invariable él mismo. [...] Se enfrentó a las inquietudes más modernas. [...] Solitario genial [...] habló y escribió desde la calle por y para el hombre común, haciendo hasta de defensor de causas perdidas. [...] Difícilmente se hallará un periódico de su época que no contenga algo suyo, un artículo, algún comentario crítico, un poema, o una referencia sobre su vida o sus escritos. [...] Una obra inmensa. [...] Este es el autor de El acusado. (Del prólogo de Manuel Moreno Alonso)

LAS MEJORES HISTORIAS SOBRE PERROS (CHESTERTON, GILBERT KEITH / WOOLF, VIRGINIA / KIPLING, RUDYARD / LONDON, JACK)
«He conocido perros malvados y bondadosos, estúpidos e inteligentes, pero no podría vivir sin ellos. Los griegos decían que una casa no es un hogar si no tiene una golondrina anidando bajo su alero, y en mi opinión una casa no es un hogar si no tiene un perro.» Gerald Durrell «Tal vez los perros, cuya devoción excede a la de la mayoría de amantes, sean capaces de recoger las vibraciones telepáticas de sus amados dueños que piensan y se preocupan constantemente por ellos.» Jilly Cooper Que el perro sea o no el mejor amigo del hombre, según un antiguo dicho, posiblemente está todavía por saber. Lo que sí se sabe con certeza es que las relaciones de los perros con los hombres han inspirado una vasta literatura. En esta selección de relatos breves, que se abre con el magnífico prólogo de Gerald Durrell, nos encontraremos con escritores de la talla de G. K. Chesterton, Hugh Walpole, Virginia Woolf, Rudyard Kipling, Jack London, etc., que intentaron ver cuál era realmente el nexo entre seres tan distintos. Cada cual nos ofrece una respuesta diferente. Desde la épica apasionada de London hasta la amarga fábula de Walpole, pasando por el humor fresco y vital de Jerome K. Jerome, o el lirismo arrebatador con que Virginia Woolf nos cuenta el final de Flush, el perro de Robert Browning y Elisabeth Barrett Browning.

EL HOMBRE ETERNO (GILBERT K. CHESTERTON)
La ironía y la hondura que caracterizan su estilo hicieron de él uno de los autores más destacados de la literatura inglesa del siglo XX y el más conocido fuera de las fronteras del Reino Unido. Chesterton aborda en este libro una reflexión histórica sobre la naturaleza del ser humano. Comienza por plantear su singularidad, que distingue al hombre de los animales incluso en los estadios más primitivos. Y luego recorre la historia de la humanidad para subrayar que el cristiansimo, lejos de anular los impulsos humanos más nobles, ha sido capaz de depurarlos de las adherencias culturales que los contaminaban enlos diferentes estadios del progreso. De esta suerte, Chesterton desembocaen la figura de Cristo, tal y como nos ha sido transmitida por la Iglesia, como modelo ejemplar del ser humano, que conprendía en sí las mejores actitudes y aspiraciones del paganismo. "El homber eterno" desempeña un papel capital en la corriente apoogética británica que ofreció tan brillantes contribuciones al pensamiento católico de la primera mitad del siglo XX. El lector encontrará en esta obra abundancia de consideraciones llenas de buen sentido, de un juicio agudo y colmadas de belleza. Nos encontramos ante un libro imprescindible para los amantes de Chesterton y, en general, para los interesados en la literatura en lengua inglesa.

HOMBRE ETERNO, EL. (GILBERT K. CHESTERTON)
Cristiandad reedita este clásico escrito en 1925 por el genial escritor inglés, con la novedad de incorporar un prólogo de Juan Manuel de Prada. Éste define a El hombre eterno como “pináculo” con el que culmina la experiencia que llevó a Chesterton a la conversión al catolicismo. Un periplo iniciado a partir de la curiosidad respecto a una institución a la que todos criticaban, y cuya doctrina y realidad sin embargo resistía a los tópicos. Un periplo si se quiere lógico, pues de Chesterton puede decirse algo semejante: que su obra resiste al paso del tiempo porque está construida sobre el sentido común, y no sobre la imaginación, a lomos de la cual, ayer y hoy, triunfan los escritores de éxito efímero. Chesterton escribió esta obra en cierto modo respondiendo al materialismo de la Breve Historia del Mundo publicada en 1921 por Herbert George Wells. Si bien las fantasías bélico-cientificistas de este autor siguen siendo conocidas, no lo es aquél ensayo sobre la historia, en el que imbuido de un evolucionismo decimonónico venía a negar que, a fin de cuentas, el hombre significara una novedad respecto al mundo animal, y que a su vez Cristo añadiera algo original respecto a lo dicho por otros tantos hombres. A Chesterton le basta el sentido común para mostrar que el paso del tiempo de por sí no lo explica todo, que existen revoluciones y que el hombre es algo peculiar dentro del mundo, como lo es la persona de Cristo y el cristianismo en la historia humana. Reflexiones sobre algo aparentemente obvio, pero que hoy como hace 80 años conviene repensar.

EL CLUB DE LOS INCOMPRENDIDOS (CHESTERTON, GILBERT KEITH)
El Club de los Incomprendidos (1930) narra las diferentes historias de cuatro personajes que han formado un extraño e incomparable Club, unidos por el vínculo común de sus maltrechas reputaciones. Los cuatro relatos siguen el mismo esquema: se ha cometido un crimen y la dificultad de la investigación no será tanto descubrir al culpable, cuestión nada sencilla, como averiguar cuál ha sido su móvil. Pero “El asesino moderado”, “El charlatán honrado”, “El ladrón absorto” y “El traidor leal” han cometido sus crímenes con el único propósito de evitar un crimen aún peor. Legalmente son culpables, pero moralmente podrían ser inocentes. Chesterton se mueve en el campo resbaladizo de la paradoja, un terreno que conoce y domina a la perfección. Las cuatro historias que reúne esta edición se publicaron por primera vez entre 1929 y 1930 en diversas revistas de Londres, poco antes de aparecer en un solo volumen con el título de Cuatro granujas sin tacha (Four Faultless Felons). Chesterton añadió un prólogo y un epílogo que confieren unidad al conjunto.

EL SECRETO DEL PADRE BROWN (CHESTERTON, GILBERT KEITH)
¿Cuál es el secreto del padre Brown, ese curita, «esencia misma de aquellos insulsos habitantes de la zona oriental», según apreciaba en La inocencia del padre Brown el todopoderoso detective francés Valentin? La explicación de Chesterton es sencilla, pero apasionante: a través de su identificación con el criminal, a través de la comprensión de su humanidad ---porque también él tiene experiencia de lo que es ser hombre---, el padre Brown llega a la misericordia y a la amistad que, como él mismo dice, «resuelve todo el problema el tiempo del pecado. Se provoca el arrepentimiento antes que el crimen». Sólo la mirada misericordiosa de un amigo cambia a la persona. Una vez más, Chesterton utiliza uno de sus más queridos géneros literarios, la novela policíaca, para desvelarnos sus ideas sobre el alma humana, la sociedad, la política, la fe y la razón y el catolicismo, sin ocultar nunca las razones que le llevaron a la conversión.