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Resultados de la búsqueda para: Fiódor Dostoyevski
Escrita poco después de la decisiva etapa vital que representaron su reclusión en el penal siberiano de Omsk durante cuatro años y su posterior servicio como soldado durante cinco, HUMILLADOS Y OFENDIDOS es una novela clave en la trayectoria de Fiódor Dostoyevski (1821-1881), pues supuso la afirmación del rumbo que habría de tomar en adelante su extraordinaria carrera literaria. Influida aún por el carácter folletinesco de su publicación original en 1861, es a la vez crónica de amores imposibles y drama social, gran novela de entretenimiento y notable galería de personajes que mereció el elogio del gran Tolstói.
Publicada en 1846, " El doble " constituye un caso sumamente representativo de esa clase de creaciones que, adelantadas a su tiempo, acaban siendo consagradas por la posteridad. Partiendo de un tema literario tradicional -el de la persona que trata de salvaguardar su dignidad ante una burocracia avasalladora y despreciativa-, y combinándolo, a través del patético personaje de Yakov Petrovich Goliadkin, con el tema del desdoblamiento de la personalidad, en esta novela el genio literario de Fiódor Dostoyevski (1821-1881) no sólo supera la mera tragedia grotesca, sino que extrae de ella posibilidades tan insospechadas como espeluznantes. Traducción de Juan López-Morillas
Una lectura para cada día. Quince cuentos para una Navidad: VICENTE BLASCO IBÁÑEZ: El premio gordo (23 de diciembre) OSCAR WILDE: El Gigante egoísta (24 de diciembre) NIKOLÁI GÓGOL: La Nochebuena (25 de diciembre) HANS CHRISTIAN ANDERSEN: El abeto (26 de diciembre) GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER: Maese Pérez, el organista (27 de diciembre) FIÓDOR DOSTOYEVSKI: Un árbol de Navidad y una boda (28 de diciembre) BENITO PÉREZ GALDÓS: La mula y el buey (29 de diciembre) ROBERT LOUIS STEVENSON: Sermón de Navidad (30 de diciembre) El " jizó " con sombrerete de juncia, Leyenda popular japonesa (31 de diciembre) EMILIA PARDO BAZÁN: Los dulces del año (1 de enero) FRANCISCO AYALA: Una Nochebuena en tierra de infieles, o Son como niños (2 de enero) ANTÓN CHÉJOV: Vanka (3 de enero) GUY DE MAUPASSANT: Los Reyes (4 de enero) LEOPOLDO ALAS, CLARÍN: El rey Baltasar (5 de enero) O. HENRY: El regalo de los Reyes Magos (6 de enero)
Los demonios es sin duda alguna una de las grandes novelas de Dostoyevski y una de las que más intensamente interpela al lector de nuestros días. Dostoyevski la escribió horrorizado por la muerte de un terrorista, Ivánov, asesinado por sus compañeros de lucha de la banda de Necháyev. El escritor decidió exhibir lo que era el terrorismo en una novela-advertencia. Pocas veces la literatura ha penetrado tanto en la conciencia de los terroristas como en Los demonios. Dostoyevski sabía bien de qué hablaba. Él mismo había participado en el Círculo Petrashevski antes de que la policía lo desmantelara y condenara a sus miembros a la muerte. El día de Nochebuena de 1849, tras un simulacro de ejecución, las autoridades penales anunciaron que habían cambiado el veredicto. El escritor, traumatizado para el resto de su vida, fue condenado a un campo de trabajos forzados en Siberia, en lo que sería un ensayo para el gulag soviético décadas después. Al adentrarse en la mente del terrorista, Dostoyevski describe en Los demonios una generación de jóvenes revolucionarios rusos dispuestos a 'sacrificarse y sacrificarlo todo a la verdad'. Pero como dice el mismo autor, 'toda la cuestión está en qué se considera como verdad. Para ponerlo en claro, precisamente, he escrito esta novela'. Los demonios se convierte así en una de las novelas más modernas del siglo xix, y se puede leer en clave de una defensa de la libertad alejada de todos los fanatismos, y como una crítica acérrima, una advertencia y una premonición del Estado totalitario que tardaría medio siglo en producirse.
Proveniente de un establecimiento de salud en Suiza donde un doctor le ha tratado una enfermedad no concretada, el joven príncipe Myshkin (persona esencialmente buena y sin ninguna malicia) regresa a Rusia sin un rublo con el fin de hallar cobijo o ayuda en algunos parientes lejanos. Su aparición e integración en la sociedad de San Petersburgo llevará, precisamente en razón de su carácter, a que todo aquel que entable relación con él, desnudado por su mirada ingenua, sus mansas palabras y sus actos inocentes, experimente un trastorno inesperado en su vida o en sus sentimientos.
Novela de indudable trasfondo autobiográfico, EL JUGADOR (1866) refleja los dos grandes impulsos -el juego y la pasión amorosa- que dominaron la vida de Fiódor Dostoyevski (1821-1881). En medio de una galería de personajes desarraigados y trashumantes que deambulan por la ciudad-balneario de Wiesbaden (el «Roulettenburg» de la ficción), la patética figura de Aleksei Ivanovich personifica el goce y la angustia del tipo humano que acaba por canalizar toda su capacidad de protesta en la pasión por el juego como vía de acceso, mediante el dolor y el envilecimiento, a una libertad vorazmente deseada.