A los diecinueve años, Clarice Lispector ya había publicado su primera novela: "Cerca del corazón salvaje". Cuando apareció "Lazos de familia" tenía treinta y cinco años y cuatro libros más en su haber. A lo largo de su vida, jamás dejaría de escribir. "Yo escribo como quien sueña", había dicho. "Ahora estoy escribiendo. He muerto. Vamos a ver si renazco de nuevo", confesó en una entrevista. Si hubiera que elegir una única palabra para definirla, la elección debería recaer necesariamente en ésta: un genio. Un genio que, finalmente, ha devenido mito. Dotada de un estilo peculiar, que confiere a sus textos una mezcla de sugestión, humor y misterio, Lispector retuerce la sintaxis para mostrarnos lo esencial de las cosas. Con ella, el descubrimiento de lo cotidiano, tan próximo que no solemos advertirlo, es una aventura posible, capaz de abrir caminos hacia mundos nuevos. Una advertencia: leer a Clarice Lispector no es un hecho que no aporte consecuencias. Capaz de hacernos penetrar en los laberintos más retorcidos de nuestra propia mente, Lispector nos enfrenta a una terrible imagen: la nuestra.
Nos propone imaginar como se ve el mundo desde los ojos de una gallina. Asi, sabemos de su vida y sus peripecias: como es su relacion con los humanos, con sus compañeros de gallineo y con el gallo Luis y como se las ingenia para sobrevivir cada dia.
La lámpara (1946) es la segunda novela de Clarice Lispector y, como el objeto que lleva por título, deslumbra hasta cegar, a la vez ilumina aspectos cruciales de la narrativa de la siempre personalísima autora brasileña. Reducido a su núcleo esencial, el texto cuenta la historia de un probable incesto ;el de los hermanos Virgínia y Daniel; y de una soledad segura, la de ella, que con su aislamiento distorsiona todas las formas de lo real, enfrentándose y enfrentándonos a la evidencia de la fragilidad de nuestra manera de relacionarnos con los demás y con el mundo. Porque la mirada de Virgínia no hace concesiones y penetra hasta esos rincones del yo que los adultos convenimos desde siempre en ocultar. Por eso, cuando llega el sorprendente y rápido desenlace de la trama, todos asentimos al unísono, comprendiendo de inmediato que era el único final posible.
Cansada del trabajo periodístico pero necesitada de dinero, como con franqueza reconocía, Clarice Lispector acepta escribir crónicas para el Jornal do Brasil. Lo hace durante siete años, entre 1967 y 1973. Imprevistas y fascinantes, las crónicas de Descubrimiento de un mundo, publicadas por primera vez en español, atrapan a la escritora como personaje.
Clarice empezó a escribir en la prensa en 1940 ;tres años antes de publicar su primera novela Cerca del corazón salvaje; colaborando de forma intermitente con periódicos y revistas hasta dos meses antes de su muerte, en 1977. Reunidos por primera vez en un libro, los textos de su fase inicial abordan los temas más diversos, desde la educación de los hijos a los tratamientos de belleza; de los remedios contra los ratones a la busca de la felicidad; de la elección de un perfume a los dilemas morales. Hablaba de todo, pasando de lo trivial a lo trascendental con desconcertante desenvoltura. Así, lo que encontramos aquí es otra faceta, poco conocida y estudiada, de Lispector. Una faceta que seguramente sorprenderá y encantará a quien se adentre en las páginas de este Correo femenino.
El volum aplega dos dels llibres de Clarice Lispector: Aigua viva (1973) i L'hora de l'estrella (1977). En paraules de l'autora, la intenció a l'hora d'esrciure Aigua viva, un poema en prosa on "cada paraula té alguna cosa a dir", era "aquesta cosa impossible: copsar l'instant que passa". D'altra banda, L'hora de l'estrella, revela una recerca de la identitat, en què la trobada del personatge amb si mateix adquireix a l'hora de la mort una força il·luminadora. Ras i curt, una escriptura sense concessions, de cara a l'única galeria que compta: la dels clàssics.
Una rata que té un nom molt llarg, cuques que roseguen la roba de larmari, un mico que senfila als estenedors, ànecs que persegueixen la gent... Conjunt dhistòries sobre els animals que ha conegut lautora al llarg de la seva vida.
Poco antes de morir, Clarice Lispector escribió un texto en el que recogía gran parte de sus reflexiones sobre la literatura y sobre la vida. Podríamos decir que Un soplo de vida es la última indagación literaria de la escritora brasileña, y posiblemente su meditación más exhaustiva sobre el acto de escribir y sus ramificaciones. Escrita en forma de diálogo casi místico entre un autor (trasunto de la propia Lispector) y su creación, una mujer llamada Ángela Pralini, la obra refleja la fascinación que supone crear personajes y mundos. Cuando Clarice Lispector falleció, su secretaria y gran amiga Olga Borelli dotó de estructura a los fragmentos que conforman este texto metaliterario, una obra póstuma que arroja luz sobre la trayectoria de Lispector.
«Los cuentos de Clarice Lispector aquí reunidos constituyen la parte más rica y variada de su obra, y revelan por completo el trazo incandescente que dejó la escritora brasileña en la literatura iberoamericana contemporánea. En todo cuanto escribió está la misma angustia existencial, similar búsqueda de la identidad femenina y, más adentro, de su condición de ser humano. En sus cuentos hay, ciertamente, el vuelo ensayístico, la fulguración poética, el golpe chato de la realidad cotidiana, la historia interrumpida que podría continuar, como la vida, más allá de la anécdota. Leer a Clarice es identificarse con ella, desnudar su palabra, compartir una sensualidad casi física, entrar en el cuerpo de una obra que vibra y chispea, traducir a nuestro propio horizonte cultural su haz de preguntas lanzadas al viento, saber que, más allá de las letras, del espacio y el tiempo, hubo alguien, una mujer, que estuvo cerca del corazón salvaje y nos dejó, en su escritura y definitivamente, su soplo de vida.» Miguel Cossío Woodward