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Resultados de la búsqueda para: Borges Jorge Luis
Estas 39 biografías y media de escritores, ilustradas con sus retratos, nos cuentan por ejemplo que Baroja iba a menudo al Retiro (en otoño) a recoger castañas, que Valle-Inclán salía algunas noches a despertar al rey (de madrugada) o cómo Lezama Lima y Virgilio Piñera se pelearon una noche (a pedradas). Además... Zambrano y los gatos; Lorca y la muerte; la brevedad sutil de Monterroso; el silencio de Rulfo... Durante casi tres años, Jesús Marchamalo y Damián Flores publicaron en la sección «Rinconete» del centro virtual Cervantes casi medio centenar de «retratos» de escritores españoles y latinoamericanos, ahora convertidos en libro. Un recorrido por aspectos inéditos, insólitos a veces, de sus biografías, con el convencimiento de que conocer a los escritores ayuda, por supuesto, a acercarse a sus libros.
En este atrevido ensayo, a la vez una minuciosa investigación, Norberto Galasso propone la tesis de que la gran literatura de Borges puede historizarse y ser leída a través de los distintos momentos de la historia nacional.
«El último gran poeta modernista, pero también el único gran poeta intemporal del siglo XX, con la precisión definitiva y lapidaria de la lírica clásica.» PERE GIMFERRERDespués de una vida leyendo, escribiendo y enseñando poesía Jorge Luis Borges confesó que seguía lleno de perplejidades y que sólo había ganado una certeza: que la poesía se escribe para proporcionarle placer al lector. Este volumen recoge toda su aportación a esta peculiar conspiración literaria en favor del placer. Abren la serie Fervor de Buenos Aires (1923), Luna de enfrente (1925) y Cuaderno San Martín (1929), una trilogía de tono criollo compuesta al regresar a Buenos Aires después de un periplo por Europa. En El hacedor (1960) y Elogio de la sombra (1969) aflora la tragedia de su ceguera, atemperada por los temas épicos y metafísicos. A partir de El oro de los tigres (1972) y La rosa profunda (1975), el tono de Borges se vuelve más íntimo, al tiempo que trata de comprender y establecer relaciones amistosas con un huésped inesperado: su celebridad mundial. «Siempre que he ojeado libros de estética, he tenido la incómoda sensación de estar leyendo obras de astrónomos que jamás hubieran mirado a las estrellas. Quiero decir que sus autores escribían sobre poesía como si fuera un deber, y no lo que es en realidad: una pasión y un placer.» J. L. B.