A partir de 1903 la narrativa de Blasco evoluciona hacia un nuevo ciclo de carácter social en el que pretende dejar clara su posición ideológica frente a los que le atacan, tras el desencanto y el abandono de la vida política activa. Fruto se esta tendenc
En la obra de Vicente Blasco Ibáñez se refleja un espíritu inquieto, lleno de curiosidad e interés por las vicisitudes de los seres humanos, en particular de los más desfavorecidos. Su capacidad de creación le asimila a la estirpe de los grandes novelista
Continuación de «El Papa del Mar» (BA 0144), en la que se da inicio a la historia amorosa que liga a Claudio Borja, un joven poeta valenciano, y Rosaura Salcedo, una rica dama argentina, esta novela en la que prosiguen sus avatares puede leerse perfectamente, sin embargo, como novela suelta. Si en la anterior era Claudio quien introducía la acción paralela narrando a Rosaura la historia del cismático Benedicto XIII, " el Papa Luna " , aquí es Baltasar Figueras, tío de Claudio, quien evoca vivamente el ascenso y apogeo de LOS BORGIA en la Roma del siglo xv, una ciudad «postrada A LOS PIES DE VENUS, divinidad despertada después de tantos siglos de sueño mortal».
La tierra de todos (1922) testimonia la doble faceta de Blasco Ibáñez como aventurero y como hombre dominado por la pasión literaria. En 1910, el escritor valenciano abandonó la creación y cruzó el Atlántico para probar fortuna como colono en la Argentina
Hay un cuento que es el más famoso de Las mil y una noches y que no se halla en las versiones originales. Es la historia de Aladino y la lámpara maravillosa . Aparece en la versión de Galland y Burton buscó en vano el texto árabe o persa. Hubo quien sosp
«Este no es un libro de viajes escrito por un novelista, pero es un libro de viajes escrito por un novelista. Y aunque parezca un acertijo lógico, comprender en qué sentido lo es y no lo es nos dará la clave del texto. No nos encontramos ante el ocio de un literato que se dispone a hacer una peregrinación estetizante al estilo de Goethe o Stendhal; no obstante, es un recorrido de ciudades emblemáticas, y su autor impregna las páginas de reconstrucciones narrativas y descripciones brillantes, como solo puede hacerlo quien ejerce su oficio con soltura. Blasco, además, se enfrenta a este deambular inesperado desde la tensión vivencial y política que envuelve sus afanes en esos momentos, por lo que mira, observa y relata a partir de sus inquietudes sociales. ( ) »Génova, Milán, Turín, Pisa, Roma, el Vaticano, Nápoles, Pompeya, Asís, Florencia, Venecia. El recorrido no se aleja del de un turista convencional, pero la mirada propia, no ahogada por el talante divulgativo de la obra, le lleva de las descripciones certeras, a la recreación histórica, del análisis de las gentes a la soflama republicana, todo ello en una fluida prosa literaria que únicamente en cierta grandilocuencia acusa el paso de los años». ROSA MARÍA RODRÍGUEZ MAGDA