El 30 de enero de 1933 Adolf Hitler fue nombrado Canciller de Alemania. En poco tiempo transformó su país en una dictadura militarista y brutal, cuya política exterior desencadenó la Segunda Guerra Mundial. El Tercer Reich duró sólo doce años y sin embargo tuvo un impacto en las vidas de millones de personas sin parangón en la historia. Su repercusión global es incuestionable. Su terrible destrucción dio paso a la Guerra Fría, con la consiguiente división de Alemania, y aceleró el proceso de descolonización y la creación del Estado de Israel. ¿Cómo pudo uno de los países más cultos de Europa apoyar al racista partido nazi? ¿Era el régimen nazi eficiente o se trató de un sistema caótico? ¿Cómo pudo el pueblo alemán seguir luchando hasta el final cuando la guerra ya estaba perdida? ¿Cómo se organizó y decidió el Holocausto? ¿Por qué no hicieron nada los Aliados para impedirlo? Todas estas cuestiones, entre otras, se encuentran en esta concisa, pero completa historia del nazismo. Este libro no sólo repasa todos los aspectos de aquel período, sino que permite aproximarse a los grandes debates que ha generado. En un momento en que resurgen en Europa los cantos de sirena de grupos neonazis con la negación del Holocausto y los esfuerzos por relativizar el Tercer Reich, resulta hoy más necesario que nunca contar con una información completa pero accesible sobre el nazismo. La lección más importante tal vez sea que la democracia no es un regalo, sino una adquisición que carece de garantía, que es frágil, contingente. Olvidarlo supone condenar a muerte a la democracia, como ocurrió con la República de Weimar en los años veinte. Una obra amena e indispensable para conocer más a fondo un período fundamental de la historia contemporánea.
El libro que usted, amable lector, tiene entre sus manos no s el resultado de una investigación sociologica, sino el fruto de la observación directa de los alemanes en su vida diaria, vistos en el tranvía, en clase, en las calles, en bares, restaurantes, en su cocina, en su vino en su paisaje y en cotidianas situaciones. También en sus fiestas, literatura y música. La disciplina y el orden, el prestigio del estrés o de la agenda, la escasez de requiebros de los alemanes en las relaciones amorosas, las alemanas que prefieren el olor corporal, los alemanes en la sauna, la programación del tuteo y la basura, los tranvías mas puntuales que los viajeros, el hecho de que no haya coches abollados en Alemania, el comportamiento zafio y chabacano de muchos alemanes en Mallorca, los estudiantes que creyeron que un guardapolvo era un condón, la extrañeza de una alumna ante la insistencia en beber de los peces del río, su cultura, vino y gastronomia...son estampas que reflejan y dibujan a los alemanes por dentro. Serafín Quero los ha observado a lo largo de sus años como profesor de la Universidad de Dresde y comenta con cierto humor y respeto los rasgos que definen el espiritu alemán.
La crisis económica de los años setenta supuso un desafío al mundo socioeconómico establecido por los acuerdos de posguerra y una amenaza para su supervivencia. Se daba por supuesto que las reacciones ante la crisis del mundo empresarial y de los gobiernos iban a ser importantes, el que las respuestas sindicales lo fueran también no estaba tan claro y, sin embargo, la forma en que los sindicatos reaccionaran iba a tener importancia no sólo por su impacto dentro de los propios sindicatos, sino también en las estructuras relacionales de éstos con otros factores sociales.La importancia de esta reacción hizo que el Centro de Estudios Europeos de la Universidad de Harvard realizara una investigación, comparada y fundamentada histórica y teóricamente, sobre la respuesta de los principales sindicatos europeos frente a la crisis.Los resultados de la primera parte de esta investigación han sido recogidos en un libro traducido y publicado por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social bajo el título e incluido en su colección Historia Social.El libro que aquí presentamos contiene la segunda parte de la investigación, centrándose en el estudio de la respuesta a la crisis de los sindicatos de Gran Bretaña, Alemania Occidental y Suecia.