En la historia contemporánea de Argentina existen momentos de enorme dificultad social. No obstante, se ha olvidado la visión del hombre que camina, respira y vive en un país cuya cotidianidad se ha cifrado -nos dicen los autores de los dos ensayos que integran el presente tomo- en la construcción de un discurso político, social y económico que lesiona los intereses y aspiraciones del cuidadano común.
Cuatro historias que nos narran con mucha ternura las aventuras de Florián, un pequeño león algo travieso. Una reflexiónsobre la importancia de la amistad.
En 1190, Ricardo Corazón de León organiza una cruzada junto al rey de Francia, Felipe Augusto, para liberar los Santos Lugares de la ocupación árabe. Leonor de Aquitania, madre de Ricardo, desea impedir que su hijo se involucre tanto en ella que desatienda sus deberes en Inglaterra, por lo que envía entre el séquito real de la expedición a Edythe, una muchacha de oscuro pasado, para que la mantenga informada de los planes de su hijo. Una vez en Tierra Santa, Ricardo hace honor a su sobrenombre y se alza por encima de todas las dificultades, consiguiendo tomar Acre en poco más de un mes aunque la ciudad había resistido durante mucho tiempo los envites de los cruzados. Pero a pesar de ello la cruzada se desmorona: el rey francés se desentiende de su promesa de liberar Jerusalén y regresa a sus tierras, mientras que los cruzados se dividen entre los diferentes pretendientes al trono de Jerusalén, que sigue sin ser conquistada. Por si todo ello no fuera suficiente, Ricardo cae presa de una extraña enfermedad y la única persona capaz de sanarlo resulta ser Edythe, quien parece tener mucho que ocultar. Pero es hábil en su oficio, tanto que comienza a correr el rumor entre los cruzados de que en realidad se trata de una bruja. Y, para terminar de complicar las cosas, en el séquito del rey inglés viaja una persona que puede acabar con sus aspiraciones: Rouquin, el primo de Ricardo el secreto mejor guardado de Inglaterra.