Partiendo de un argumento típico de novela policíaca un asesinato que parece suicidio y un asesino que nunca lo parece, aborda Juan José Millás un tema a la vez psicológico y literario: el del conflicto entre lo que se es y lo que se quiere ser o, si se prefiere, las relaciones entre apariencia y realidad, que es tanto como decir: la razón de ser de la literatura. Con un estilo ágil y lleno de los más diversos registros, mezcla de parodia y melodrama, de humor e ironía, de lirismo y cínico sarcasmo, avanza el relato entre diálogos brillantes, metáforas surrealistas y ecos inconfundibles de la novela negra, llevando en volandas al lector hasta un final soprendente, insólito, casi borgiano.
Juan José Millás inició su labor periodística en El País en 1990. De esa colaboración han surgido varios libros: el primero de ellos fue Algo que te concierne (1995). En muchas ocasiones esos textos se encuentran más próximos a la ficción, la fábula o el microrrelato fantástico que a la prosa informativa. En ellos crónica y literatura se funden para reflexionar sobre la realidad de una manera distinta y abordar, así, los problemas de la actualidad desde una perspectiva no por inesperada menos acertada y penetrante. Con una sintaxis transparente y un estilo preciso, irónico, no exento de humor y fina ironía, Millás trata todo tipo de acontecimientos sociales y culturales, ofreciendo una crítica moral y política que resulta ya imprescindible.
¿En qué época de la vida se deciden las circunstancias que más tarde han de marcar sus límites? Ésa es la pregunta que empuja a Román, el protagonista de El jardín vacío, en busca de su pasado. Esta novela es un viaje por la memoria, ruina tras ruina, a través de la crueldad, la sordidez y el horror que acompañan al paso del tiempo cuando los sucesos más importantes de una vida no están constituidos por lo que le pasó a quien recuerda, sino por lo que les aconteció a los otros. Así, los recuerdos no sólo poseen una función protectora sobre la conciencia, sino que son la trama que sostiene las sombras de la inseguridad y la pérdida. Reseña:«El jardín vacío es difícilmente superable, pues no me parece posible escribir algo más hermosamente triste sin perecer.»La Vanguardia
Turis, un funcionario frustrado, es captado por una organización terrorista para infiltrarse en una orden religiosa haciéndose pasar por hermano lego. Al cabo de un tiempo, la lectura fingida del breviario se acaba convirtiendo en rezo. Cuando pierde el contacto con la organización clandestina se siente abandonado, desubicado y aislado. ¿Sigue siendo terrorista o es un religioso? Su vida y su identidad ya no son lo que parecen.
Cuando los directivos de la empresa donde ha trabajado durante años prescinden de sus servicios, Jesús decide sacar a pasear el tonto que lleva dentro. Tras un bigote postizo (que trata con sumo cuidado) se convierte en otra persona, y de tanto fingir se olvida de cómo era antes y todo se vuelve artificial. Desde esa nueva posición puede vivir cada suceso cotidiano como una apasionante aventura.
Se reproducen aquí buena parte de los trabajos, que en su día, integraron el número 5 de la revista Cuadernos de Narrativa (diciembre de 2000). Pero han transcurrido tantos años desde entonces, que las coordinadoras han considerado oportuno incluir tres artículos más( a cargo de David Roas, Domingo Ródenas de Moya e Irene Andres-Suárez) con el fin de cubrir el hueco que va de esa fecha hasta hoy, y completar la bibliografía del escritor y sobre el escritor que en su día habían elaborado Carlota Casas Baró, Fernando Valls y Marco Kunz, y de cuya actualización se ha ocupado Vania Maire Fivaz. Un número importante de los estudios aquí reunidos abordan y matizan los motivos literarios que vertebran la obra de Juan José Millás y que contribuyen a crear un mundo coherente, en el que abundan cajas, bultos orgánicos y monstruos que se esconden debajo de la cama y dentro del armario. Se ocupan también de la reflexión metaliteraria y de la naturaleza transgenérica de muchos textos, asuntos muy presentes en la narrativa de Juan José Millás, que, como casi todo en el escritor, confluyen en el siempre omnipresente tema de la identidad.
Julia trabaja en una pescadería y de noche estudia gramática porque está enamorada de su jefe, que en realidad es filólogo. En sus ratos libres, la joven ayuda en el cuidado de una enferma terminal, Emérita, en cuya casa coincide con Millás, que está haciendo un reportajesobre la eutanasia. Durante sus visitas, el escritor se siente atraído por la idea de novelar la vida de Julia, aunque para lograrlo deberá enfrentarse a su bloqueo creativo con la ayuda de una psicoterapeuta.La realidad trastoca los planes del escritor cuando Emérita revela un secreto que ha guardado celosamente toda su vida. Lo que había comenzado como una crónica periodística se convierte entonces en una suerte de novela en la que él se verá involucrado como personaje.El mejor Juan José Millás regresa a la novela con La mujer loca, una historia en la que el lector habrá de decidir qué es verdadero y qué es falso, una investigación sobre los límites de la realidad y la ficción en una obra que condensa la esencia del maestro de la extrañeza: humor inteligente, diálogos excepcionales y una escritura provocativa. Un ejercicio de honestidad con el que afronta sus cuitas como autor desde la verosimilitud de la pura ficción.