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Resultados de la búsqueda para: Menéndez Pidal Ramón
Ramón Menéndez Pidal, miembro de la generación del 98, fue capaz de transformar la filología en nuestro país. Lo hizo no solo gracias a su rigurosa obra, con títulos como Manual de gramática histórica española (1904), Poesía juglaresca y juglares (1924), La España del Cid (1929), Romancero hispánico (1953) o, sobre todo, Orígenes del español (1926); tanto desde su cátedra en la Universidad Central como, especialmente, desde el Centro de Estudios Históricos, pudo formar un pequeño núcleo de colaboradores que dio lugar a la llamada Escuela española de filología, de la que forman parte nombres como Tomás Navarro Tomás, Américo Castro, Dámaso Alonso, Amado Alonso, Rafael Lapesa Fruto de su temprano reconocimiento por parte de los más destacados estudiosos extranjeros, Pidal fue elegido ya en 1901 miembro de la Real Academia Española, institución que dirigió desde 1925 hasta 1939 y tras un forzado apartamiento por su escasa sintonía con el régimen franquista desde 1948 hasta su fallecimiento en 1968. El autor, José Ignacio Pérez Pascual, ha escrito una biografía definitiva sobre Ramón Menéndez Pidal después de más de veinte años de estudio sobre el personaje. El texto se apoya en una profusión de fuentes escritas, huyendo de la tradición oral y las anécdotas, dando muchas veces voz al propio don Ramón, tanto a través de sus publicaciones y de las entrevistas que concedió, como de sus notas personales manuscritas y sus cartas. Todo ello hace de esta biografía un apasionante viaje a través de las iniciativas culturales que se suceden durante gran parte del siglo XX. «El mejor filólogo español de todos los tiempos.» Juan Gil «Todo el que estudia la historia, la lengua o la literatura españolas ha de acudir a obras suyas.» Rafael Lapesa «Sin Menéndez Pidal no habríamos tenido un medievalismo digno de tal nombre, desconoceríamos o conoceríamos muy mal la historia de las lenguas peninsulares (no sólo la del español); las obras de Américo Castro (su secuaz díscolo) y, en buena parte, la de Ortega habrían resultado gravemente mermadas y, desde luego, la generación del veintisiete no habría dado sus extraordinarios frutos ni en la poesía ni en la crítica.» Jon Juaristi, ABC
Don Ramón Menéndez Pidal, en 1940, comenzó a interesarse por Fray Bartolomé de las Casas, con motivo de tratar de América y Carlos V. Su primera impresión fue adversa respecto a Las Casas, al comprobar su intenso y monótono apasionamiento, siempre violento en acusar a conquistadores y encomenderos, siempre melifluo en exaltar a los indios. En 1956, trató del Padre Victoria y de Las Casas y comprobó que la por él calificada de grave inequidad del dominico no era una falta moral, sino intelectual, lo que aclaró por completo en 1957, al examinar documentación fehaciente. Desde entonces, su interés por el problema lascasiano se vio impulsado por la falta de crítica en las biografías del fraile, debido a las circunstancias en que se había formado y propagado su fama póstuma, nunca fundada en la Historia del descubrimiento de las Indias y en la Apologética de los indios, pues se editaron en 1875 y 1909. La fama de Las Casas se debía al opúsculo Destruición de las Indias, impreso en Sevilla en 1552, traducido a seis idiomas en más de cincuenta ediciones y aplaudido con entusiasmo por ser denigrante para España y porque servía como propaganda antiespañola, tanto a los promotores del enfrentamiento en los Países Bajos como a potencias enemigas en la guerra de los Treinta años. La propaganda antiespañola se fundaba en el opúsculo Destruición de las Indias al que Don Ramón Menéndez Pidal no da valor alguno como fuente informativa para la historia, por la imprecisión de los datos que ofrece y por haber sido escrito sólo con el fin de mostrar que los españoles no habían hecho otra cosas en América que robar, destruir, atormentar y matar millones y millones de indios. Cuando escribió Don Ramón Menéndez Pidal el libro que hoy se reedita, La Destrucción de las Indias de Las Casas, con algunos fragmentos de otros folletos, era y continúa siendo hoy- el único fundamento de la fama mundial de Fray Bartolomé, acrecentada al erigirlo en apóstol los independistas americanos en el primer cuarto del siglo XIX. Con esa fama continúa hoy. Don Ramón Menéndez Pidal escribió el libro que hoy reedita la Real Academia de la Historia con el fin de contribuir a esclarecer lo que era de verdad esta obra de Las Casas y colaborar así a que se formulara una valoración objetiva de las versiones del dominico. No lo consiguió, porque este libro de Menéndez Pidal, editado en 1963, se recibió con el silencio de quienes habrían de rebatir las afirmaciones que en él se hacen, silencio que continúa en nuestros días, como prueba el hecho de que nunca se haya reeditado.