Este libro misceláneo integra un conjunto de variados estudios sobre el rey don Pedro I de Castilla y León y su época (1350-1369) con motivo del 650 aniversario de la construcción de la célebre fachada mudéjar del Alcázar de la ciudad de Sevilla. Don Pedro I, monarca singular y extraordinario, ha pasado a la Historia de España fundamentalmente por su condición de "Cruel", según la historiografía de tradición trastámara, y también como "Justiciero", por la cronística áulica más moderna y reciente. Pero don Pedro I fue siempre y ante todo un monarca de su tiempo; ni más violento ni más ecuánime que otros reyes peninsulares contemporáneos de mediados de la decimocuarta centuria. Componen esta obra un conjunto de trabajos inéditos que apalean todos al siglo XIV castellano y europeo como marco referencial de sus contenidos fundamentales. Y lógicamente al rey Pedro I como protagonista destacado de la reconstrucción histórica que se yergue sobre las páginas de los diferentes capítulos dando unidad al argumento: el monarca y su actuación ante la sociedad política castellana, la crisis social y económica, las dificultades con la nobleza, el mito del tradicional filojudaísmo de la corona, la iglesia y la religiosidad del rey y de su tiempo, la memoria cronística de López de Ayala, la iconografía del monarca y especialmente -como no podía ser menos- el Alcázar del rey don Pedro de la ciudad de Sevilla, primer palacio oficial y residencial de un rey castellano en Andalucía que no estaba protegido tras los muros y las defensas de una fortaleza; y que constituye aun hoy un símbolo universal del mudejarismo sevillano.
Ya Manuel Cañete, encargado de escribir un juicio crítico en las Obras inéditas de 1872, barruntaba que la poesía de Quintana hundía sus raíces, no sólo en la literatura, sino en la historia; rechazando cierta concepción ociosa de la poesía, escribía para expresar la transformación de una época. (...)A lo largo de su vida observamos en efecto que la frase poética se va modelando, según la atmósfera que respira, para expresar sentimientos nuevos, a veces desconocidos. Desde este punto de vista, la Epístola a Valerio, La Danza o las dos odas de España libre expresan una inquietud idéntica y descubren horizontes desconocidos.