Tres anys separen La mort d'Ivan Ilitx (1886) de La sonata a Kreutzer (1889), dues narracions que s'incriuen en l'última etapa creativa de Tolstoi, immediatament posterior a la publicació d'Anna Karènina. La mort d'Ivan Ilitx (segons Vladimir Nabokov, "la troballa més artística, més perfecta i més sofisticada de Tolstoi") ens presenta un funcionari gris que sucumbeix a la malaltia i a la desesperació de morir. La sonata a Kreutzer, per la seva banda, és una història tràgica que ens acara a la vivència del matrimoni com a presó. Aquestes dues novel·les curtes revelen, en el grau més alt, les qualitats que fan de Tolstoi un escriptor incomparable.
Obra maestra de vigencia indiscutida, «novela de las novelas», mito cultural, GUERRA Y PAZ ocupó seis años de exhaustiva labor literaria a León Tolstoi (1828-1910). En el prólogo a la obra, Víctor Andresco pone de relieve el afán totalizador de esta novela en la que el autor tuvo como objetivo recrear la vida del hombre. Es por ello que en esta obra única todos los personajes, sea cual sea su importancia en ella, reciben un tratamiento tan atento como los propios hechos históricos o cotidianos en que se ven envueltos. El resultado es una novela que sumerge al lector en la corriente de la vida, deparándole una experiencia singular y transformadora que no tiene parangón en la literatura.
La muerte de Iván Ilich es una novela breve que, sin lugar a dudas, alcanza la perfección. La magnífica técnica narrativa, donde la acción fluye como un torrente, permite que uno asista a las zonas oscuras de la decadencia del ser humano; decadencia que ocurre primero en lo corporal y después en lo espiritual. También somos espectadores de una intimidad llena de desesperación, sufrimientos y decepciones; de una existencia monótona, mecánica y ridícula que, sin embargo, no carece de ese pequeño momento de lucidez que le hace ver claramente la realidad; aún más: en ese instante fugaz Iván Ilich goza del amor propio y de la muerte
En 1887, ocho años después de la publicación de «Guerra y paz», LEÓN TOLSTOI (1828-1910) pone punto final a su novela ANNA KARENINA, uno de los más grandes monumentos de la historia de la literatura. Basado en unos cuantos incidentes reales y saturado de las preocupaciones éticas generadas por la crisis espiritual que atravesaba el autor, el relato se centra en el adulterio de la protagonista, una de las tres historias conyugales de que se compone la obra. «El propósito de un escritor no consiste en resolver una cuestión de una vez para siempre, sino obligar al lector a ver la vida en todas sus formas, que son infinitas», escribió Tolstoi, quien, como observa Juan López-Morillas en el prólogo a la novela, supo dotar a sus criaturas de ficción como pocos escritores lo han hecho de una «intensa sensación de presencia inmediata, de humanidad palpitante, en una palabra, de verdad». Otras obras de Tolstoi en esta colección: «La muerte de Ivan Ilich. Hadyi Murad» (L 5596).
Entre los grandes escritores del siglo XIX, Lev Nicoláievich Tolstói (1828-1910) ha sido calificado como «genio único, sin equivalente en ningún otro país». Aparecida en su versión definitiva en 1877, Ana Karenina es la obra más ambiciosa y de mayor trascendencia del escritor ruso, una novela de corte realista y psicológico que describe con enorme agudeza la sociedad rusa de la época a la vez que plantea una feroz crítica hacia la aristocracia en declive, su falta de valores y la cruel hipocresía imperante. La profunda crisis moral de Tolstói en la época en la que concibió la novela le llevó a construir esta estremecedora historia de adulterio en la que la protagonista principal, Ana Karenina, se ve abocada a un trágico final como resultado de un conflicto ?psicológico y social? que va in crescendo desde la primera página. La culpa, la redención, la búsqueda del bien y la caída en el pecado, el rechazo social y el trastorno interno que dicho rechazo provoca en quien lo padece? Todos estos temas aparecen magistralmente engarzados en Ana Karenina, una obra clave de la literatura universal cuya lectura sigue siendo imprescindible.