Bajo el impacto de la noticia del fallecimiento de Constance Tu, el escritor Aubrey Blanford desarrolla una elegante evocación de personajes y anécdotas en un doble plano, el de la memoria y el de la recreación literaria, por lo que el relato de lo que lo que sucedió realmente se superpone al relato literaturizado que se hizo de esos mismos acontecimientos, y se crea una cierta ambigüedad respecto a la veracidad. En las recreaciones literarias intervienen muchos factores del narrador (la simpatía o antipatía hacia los personajes, el grado de conocimiento que tuvo de los sucedido, etc.), lo cual da como resultado también una perfecta caracterización de Blandfor.Para el lector de "El cuarteto de Alejandría", "Livia" supone el reencuentro con aquellos personajes de los que se quedó con ganas de saber más. Y para los que no lo son es un introducción a este mundo lúcido y cargado de sugerencias, exquisitamente sensual, irónico e implacable.
Lawrence Durrel (India, 1912-1990), el conocido autor de El cuarteto de Alejandría , es uno de los poetas ingleses más singulares de este siglo: digno heredero del ansia romántica hacia el Mediterráneo, incorpora en sus versos este sentimiento entremezclado de un hedonismo y de una ambigúedad meridionales extrañas a la poesía anglosajona, unidas a una honda meditación sobre los temas esenciales de la existencia. La presente Antología ofrece los poemas que, en opinión de su autor, reflejan mejor sus múltiples voces, en una traducción (totalmente revisada de la primera edición) que puede considerarse como nueva en todos sus aspectos. Traducción de José Mª Martín Triana.
Última y definitiva mirada sobre el mundo de Darley, Nessim, Mnemjiam y Justine, en la que Durrell cumple más que nunca su propia premisa: «El Cuarteto de Alejandría es una investigación sobre el amor moderno».
En el rico y completo mundo creado por "El Cuarteto de Alejandría", "Clea" aporta sobre todo la dimensión temporal en la vida de un entrañable grupo de personajes. Mnemjian, el barbero, llega a la isla con un mensaje de Nessim; Darley regresa a Alejandría, que no ha perdido su poder de fascinación pese a las dificultades a que deben someterse sus habitantes debido a la guerra, y Clea está esperándole sin saber a ciencia cierta qué espera."Clea" ocupa un lugar esencial en el Cuarteto, y ayuda a comprender con mayor profundidad todo lo contado en los libros anteriores. Con esta novela culmina la que unánimemente se considera la obra maestra de Durrell.
"Balthazar" no es tanto la historia del doctor de este nombre como su versión de los acontecimientos centrales del "Cuarteto de Alejandría" y particularmente la historia de Justine y el suicidio de Pursewarden. Estamos pues ante la misma historia ya narrada en "Justine", y sin embargo la forma de contarla, la atención a unos aspectos u otros, el distinto conocimiento de los detalles y el diálogo que se establece entre las cartas en que se cuenta esta historia y el joven escritos que las recibe hacen que sea una novela completamente distinta a su predecesora, con una mayor carga de dramatismo y misterio."El Cuarteto de Alejandría", formado por "Justine", "Balthazar", "Mountolive" y "Clea" es la obra que convierte a Durrell en un clásico de nuestro tiempo.Con esta nueva edición de "Balthazar" se han restituido unos pocos fragmentos que parecen obedecer a un revisión posterior del propio autor, cuando reunió todo el cuarteto en un sólo volumen y tal vez en álgún caso a supresiones de la censura franquista.
Con la irrupción de un diplomático inglés y de la conspiración dirigida por Justine y Nessim Hosnani, el centro de atención gira en torno a los temas del poder político y sus intrigas, y la galería de personajes de Durrell amplía su fascinante registro.
El tiempo, el escenario, los personajes y los incidentes son los mismos que en Justine; pero el comentario interlineal del doctor Balthazar lo envuelve todo de un misterioso y dramático sentido, arrastrando al lector al centro mismo de la creación artística.
Brillante apertura del Cuarteto de Alejandría, la celebérrima tetralogía de Durrell. Asistimos aquí a la precisa belleza con que Darley, el narrador, refiere la historia de su amor hacia la enigmática Justine. Esta esl la 16ª edición de esta obra en edición de bolsillo.
Situada en el período comprendido entre la invasión nazi de Polonia y el desembarco aliado en Normandia, en esta novela Durrell nos propone una asombrosa aventura narrativa que nos lleva a reencontrarnos con el grupo de jóvenes que pasaron un verano trascendental el castillo de Verfeuille de Monsieur, en Aviñón, que protagonizan Monsieur o El Príncipe de las tinieblas y Livia o enterrado en vida. Mientras Constance se encuentra trabajando para la Cruz Roja como psiquiatra en Ginebra, su esposo Sam en el desierto en Egipto y su hermana Livia trabaja para los nazis, el encuentro con el egipcio Affad dará pie a que Constance se lance a una absorbente relación en la que el erotismo y la filosofía hallan un extraño punto de encuentro. Mediante un maravilloso juego de referencias a otras novelas, de relatos dentro del relato y de estructura narrativa coral, Lawrence Durrell creó una obra literaria de primera magnitud, poderosa y deslumbrante.
A medio camino entre la autobiografía, el libro de viajes y el reportaje político, esta trilogía reúne en un volumen La celda de Próspero, situada en el Corfú de los años cuarenta, amenazado por la Segunda Guerra Mundial; Reflexiones sobre una Venus marina, acerca de Rodas en 1953, donde Durrell trabajó como diplomático tras la guerra, y Limones amargos, centrada en el Chipre de 1953-1956, cuando los chipriotas griegos pretenden liberarse de la dominación británica recurriendo a la idea de unidad nacional griega, lo que les lleva a enfrentarse a los chipriotas turcos. Las observaciones sobre el carácter de los habitantes de la isla van entrelazados con comentarios sobre la actualidad política y social, con descripciones de paisajes, con evocaciones históricas, con emotivas anécdotas y con recomendaciones gastronómicas que convierten estos tres libros en raros ejemplos de un tipo de libro muy propio de Durrell pero absolutamente inclasificables, tan originales como cualquiera de sus novelas. Lawrence Durrell hace un retrato certero, muy vívido y planteado con su singular talento de tres momentos bastante críticos en la historia de tres islas mediterráneas, al tiempo que traza un magnífico panorama socio-político de momentos clave en la historia de estas islas, que él vivió desde primera línea, y que en particular en el caso de Chipre siguen sin tener una solución satisfactoria para todos. Sin embargo, lo más interesante es la absoluta y radical originalidad de estos tres libros, que puden leerse con muchos propósitos distintos y a nadie defraudarán. Coincidiendo con el centenario del autor (que será extensamente celebrado durante todo el año 2012 en los países de habla inglesa), se publica por primera vez en un solo volumen un libro que el propio autor concibió y consideró como un todo unitario.
El «Quinteto de Aviñón» comenzó a publicarse en 1974 y es el legado definitivo de Lawrence Durrell. Cada una de las novelas que lo componen (Monsieur, Livia, Constance, Sebastian y Quinx) puede leerse de forma independiente, pero la reunión de las cinco ofrece el último estadio de lo que el autor definió como su universo heráldico, basado en el simbolismo budista de los cinco elementos que conforman la personalidad del ser humano. Quinx cierra este portentoso ciclo y supone el compendio de todos los hilos narrativos que Durrell trazó a lo largo del resto de títulos. A través del grupo de jóvenes que ya conocemos, el autor reflexiona sobre las claves filosóficas y estéticas que configuraron la posguerra europea, así como una narración plena de sabiduría y humor mordaz. De esta forma, mediante un maravilloso juego de referencias a otras novelas y de relatos dentro del relato, Durrell destaca en la creación del entorno, en la mitificación de un lugar exótico elevado muy por encima de la realidad. Con ello, sin duda, su obra literaria es de primera magnitud, poderosa y deslumbrante. Por fin, tras muchos años de ausencia en el mercado en lengua castellana, vuelve a ponerse al alcance de público en general la obra magna de Lawrence Durell, El Quinteto de Aviñón, al completo, que junto a El Cuarteto de Alejandría son quizás sus obras más emblemáticas.