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Resultados de la búsqueda para: Herman Melville
Abokatu-bulego batean hartu dute Bartleby lege-kopiagile lanetarako. Fin-fin diahardu berean; halako batean, ordea, hara non hasten den uko otzan lakonikoz erantzuten nagusiaren agindu premiatsuei. Isila, beraz, mutila, baina ez inorenera makurbera, arruntenean ere: bere apaltasunean gotortua. Erresistentzia pasibo azalpenik gabe horretan, muzin egingo dio eskatutako lanak egiteari, okupatua duen bulegoa uzteari eta, buruen buru, berarengandik espero zitekeen edozeri. Hara zer dioskun Borgesek: «idazmolde itxuraz jostagarrian idatzitako kontakizun honek Franz Kafka iragartzen du. [
] Zera adierazi nahi ote digun Melvillek: nahikoa dela gizon bat irrazionala izatea, gainerakoak ere kutsa daitezen, unibertsoa bera ere irrazional bilaka dadin oso-osorik». Albert Camusek ere bere lanen aurrekaritzat aipatzen du Bartleby. Literaturak munduaren irakurketak interpretazio irekiak eskaini ohi ditu, eta irakurle bakoitzak egin ohi du bere gisakoa. Bartlebyren aurrean, bestalde, kontalaria bera ere ezinean dabil zentzu bat ixteko, beretzat egokia. Eta Bartlebyren zentzu falta, azkenean, gizakiarena da. Kontuak kontu, gaur egungo gazte ezkonformistei esango genieke huts egin ezinekoa dutela irakurgai hau
aukeran aholkurik ez ematea nahiago ez bagenu.
Los diez fragmentos descriptivos de las islas Galápagos, en Ecuador, que integran Las Encantadas, son una deliciosa colección de relatos sui generis que no veían la luz en castellano desde hace décadas y se presentan ahora, en la magnífica traducción de Ana Lima, para completar el reciente rescate de la narrativa breve de Melville.fragmento: «Pensad en veinticinco montones de ceniza diseminados, aquí y allá, por un solar de las afueras de la ciudad; imaginad que algunos son tan grandes como montañas y que el descampado es el mar, y tendréis una idea exacta de la apariencia general de Las Encantadas. Éstas son más bien un grupo de volcanes extintos que de islas, y su aspecto es muy parecido al que tendría el mundo tras haber soportado el castigo de una gran conflagración. No cabe duda de que ningún lugar en el mundo puede compararse, por su desolación, con este archipiélago. Sus islas son como antiguos cementerios abandonados, como viejas ciudades que poco a poco se transforman en ruinas y que resultan absolutamente melancólicas; sin embargo, como todo lo que alguna vez estuvo asociado a la humanidad, siguen evocándonos ciertas sensaciones, por tristes que sean. De ahí que hasta el Mar Muerto, además de cualquier otra emoción que pudiera inspirar, no deja de provocar en el peregrino algunos de los sentimientos más gratos...» [Cuadro primero]
Herman Melville nos ofrece en Bartleby, el escribiente una fábula de múltiples e inagotables lecturas, prefigurando con una originalidad desbordante el existencialismo y la literatura del absurdo. Esta novela es considerada por la crítica como una de las
«El capitán Abad es un gran hombre, casi un dios. No habla mucho, pero cuando lo hace debes prestarle mucha atención. Escúchale bien. Abad sobresale por encima de lo común. Ha clavado su fiero arpón en enemigos más poderosos y extraños que las ballenas. ¡Su arpón! ¡Sí, el más incisivo y certero!»
Moby Dick y El viejo y el mar parecen condenados a flotar en el mismo mar sin encontrarse apenas, pero cuando se tocan, algo resuena o respira o, en algún lugar de nuestra imaginación, resopla. Dos hombres embarcan buscando algo que pescar, Ahab arrastra una tripulación consigo y quiere venganza. Santiago, solo en su barca, desea llenar el estómago. Mientras el primero no logra salir de su pesadilla, el segundo sueña si querer. Por el lado de Ahab, los límites del conocimiento; por el de Santiago, el orgullo como base de la grandeza. En ambos lados, el honor que vive en la lucha, la redención y la muerte.
The present volume analyzes the political project manifested in the narrative poem by Melville 'Clarel: A Poem and Pilgrimage in the Holy Land'. Published in 1876, this work is centered on the necessities, the possibilities and the difficulties of intersubjectivity as a means to transcend the obstacles posed by individualism and traditional communities. Este volumen analiza el proyecto político del poema narrativo de Melville 'Clarel: A Poem and Pilgrimage in the Holy Land', centrado en la necesidad, las posibilidades y las dificultades de la intersubjetividad para la superación de las barreras del individualismo y de comunidades tradicionales.
Ariza Melville no cesa de desarrollar la radical oposición de la fraternidad con relación a la "caridad" cristiana o a la "filantropía" paternal. Liberar al hombre de la función de padre, engendrar al hombre nuevo, al hombre sin particularidades, reunir la humanidad y la originalidad constituyendo una sociedad de hermanos a modo de una nueva universalidad. Gilles Deleuze Como escriba que ha dejado de escribir Bartleby es la figura extrema de la nada de la que procede toda creación y, al mismo tiempo, la más implacable reivindicación de esta nada como potencia pura y absoluta. [...] Nuestra tradición ética ha tratado a menudo de soslayar el problema de la potencia reduciéndolo a los términos de la voluntad y de la necesidad: su tema dominante no es lo que se puede, sino lo que se quiere o lo que se debe. Giorgio Agamben Bartleby es una objeción contra la novela, uno que ha muerto tan pobre que no ha dejado nada. Melville prefiere no escribir una novela cuyo narrador prefiere no hacer literatura acerca de un escribiente que prefiere no escribir. José Luis Pardo
La historia de la temible ballena blanca, del capitán Ahab y de la tripulación del Pequod, contada por dos autores que ya han conquistado a los lectores españoles. Herman Melville, que fue marinero de un barco ballenero, escribe su obra cumbre, Moby Dick, en 1851. Cuenta la historia de Ismael y Queequeg, que un día se enrolan en el Pequod a la caza de ballenas y para convivir durante largos meses con una tripulación dominada por un capitán atormentado. Cuenta la historia de Moby Dick, una temida ballena blanca y de Ahab, el capitán, invadido por la locura de vengarse del animal que le ha privado de una de sus piernas años atrás. En esta época, la ballena, animal tan mítico como bíblico, es un terrorífico y desconocido monstruo de las profundidades. ¿Pero es Moby Dick el único monstruo de la novela? El guionista del hilarante Lincoln y el dibujante de los populares Belladona, Simbad y Silas Corey se unen para proponer la adaptación de un clásico de la literatura americana. Es un ejercicio trillado, emprendido por muchos autores. Pero Jouvray y Alary han sabido crear una intensa reinterpretación tan personal como fiel a la obra original de Melville. Con una composición de página dinámica y un dibujo sobrecogedor, el resultado es potente y sensible. El ambiente gráfico, con el estilo esbozado de Alary y unos colores impresionantes (realizados con la ayuda de Didier Gonord), participa en gran parte de la fuerza del relato. Ahab, el capitán místico y obsesionado, es el personaje central sobre el cual descansa la trama, repleta de angustia y desesperación a medida que la búsqueda se acerca a su ineluctable final. Expresiva y espectacular, la adaptación de estos autores retransmite, en crescendo, toda la fuerza épica de la novela de Melville.