Resultados de la búsqueda para: Georges Perec





W O EL RECORD DE LA INFANTESA (PEREC, GEORGES)
A W o el record de la infantesa s’alternen dos relats paral•lels: la descripció angoixant d’un món remot i imaginat i els records d’una infantesa viscuda durant la Segona Guerra Mundial. De l’encreuament de totes dues històries, n’emergeix lentament l’horror de la història col•lectiva d’Europa. El primer text pertany enterament a la imaginació: és la reconstrucció, arbitrària però minuciosa, d’una fantasia infantil que evoca una societat a l’illa de W, a la Terra de Foc, centrada en la competició esportiva d’acord amb unes normes olímpiques extremes. L’altre text és una autobiografia: la vida d’un nen durant la guerra, una història feta de records i de fragments dispersos, d’absències, d’oblits, de dubtes, de supòsits, d’anècdotes escasses.

ARTE Y LA MANERA DE ABORDAR A SU JEFE PARA PEDIRLE UN AUMENTO, EL (PEREC, GEORGES)
Pocas empresas tan arduas y angustiantes como pedir un aumento de sueldo. El protagonista de esta novela del gran Georges Perec, por ejemplo, deberá enfrentarse a un sinfín de posibilidades que van desde potenciales intoxicación alimenticias hasta el siempre posible escenario de que el interesado nunca logre coincidir con el jefe en su oficina. La odisea que nuestro héroe debe emprender haría palidecer al mismísimo Ulises por las exasperantes e interminables bifurcaciones que se le presentan a cada instante. Sólo hay que leer el comienzo de la novela para entender la verdadera pesadilla en la que el sujeto en cuestión está por sumergirse: «después de pensarlo largamente después de armarse de valor usted se decide a ir a buscar a su jefe de sector para pedirle un aumento va entonces a buscar a su jefe de sector digamos para simplificar porque siempre hay que simplificar que se llama señor Xavier es decir señor o más bien sr x entonces va a buscar al Sr. X y una de dos o bien el Sr. X está en su oficina o bien el Sr. X no está en su oficina si el sr x estuviera en su oficina aparentemente no habría ningún problema pero obviamente el sr x no está en su oficina.

NACÍ . TEXTOS DE LA MEMORIA Y EL OLVIDO (PEREC, GEORGES)
"En líneas generales, sé cómo me he convertido en escritor. Lo que no sé precisamente es por qué razón. ¿Realmente tenía necesidad de alinear palabras y frases para existir? ¿Me bastaba con ser el autor de algunos libros para ser? [...] ¿Tenía yo, pues, algo particular que decir? Pero ¿qué es lo que he dicho?..."

LA CÁMARA OSCURA (PEREC, GEORGES)
«Alcancé tal práctica que los sueños me llegaban escritos a la mano, incluso con sus títulos.» Georges Perec estaba convencido de que todo el mundo significativo está hecho de sueños. Algunos se recuerdan, otros se cuentan pero son muy pocos los que se transcriben. «La cámara oscura» es un raro volumen, perequiano por los cuatro costados, que reúne por primera vez en castellano ciento veinticuatro sueños del genio oulipiano. «Terminé por admitir que esos sueños no habían sido vividos para ser sueños, sino soñados para ser textos; que no eran la vía regia que yo creía que serían, sino caminos tortuosos que me alejaban cada vez más del reconocimiento de mí mismo.» Un libro repleto de sorpresas y asociaciones inesperadas, un artefacto onírico que no pretende «recontar» la propia historia, sino descubrir tesoros ocultos que nacen en el mágico momento en que todas las barreras están levantadas.

EL CONDOTIERO (PEREC, GEORGES)
Perec declaró que El Condotiero fue la primera novela que consiguió escribir. Medio siglo después de su redacción –entre 1957 y 1960– y treinta años después de la muerte del escritor, el 3 de marzo de 1982, descubrimos una obra de juventud de la que se había perdido el rastro y que ha sido milagrosamente recuperada. Gaspard Winckler, el héroe de la novela, se ha dedicado durante meses a pintar un Condotiero falso, una copia perfecta que no tiene nada que envidiar al expuesto en el Louvre que pintara Antonello da Messina en 1475. Pero Gaspard, príncipe de los falsificadores, no es más que el simple ejecutor de las órdenes de Anatole Madera. Y, como en una novela policíaca, la primera página del libro se abre con el asesinato de Madera por Winckler. ¿Por qué esa muerte? ¿Por qué Gaspard Winckler siente que ha fracasado en su proyecto de igualar a Antonello da Messina? ¿Qué buscaba queriéndose convertir en un virtuoso de lo falso? ¿Qué deseaba captar en esa imagen de fuerza y de poder que transmite el rostro del guerrero? ¿Y por qué vive el asesinato de Madera como una liberación? El tema de la impostura recorre toda la obra de Perec. Un personaje de ficción llamado Gaspard Winckler vuelve a aparecer en otras novelas del autor como La vida instrucciones de uso y W o el recuerdo de la infancia. Y El gabinete de un aficionado, la última novela que el escritor francés publicó en vida, es una prodigiosa construcción erigida en torno a los hechizos de la copia y de lo falso. El Condotiero permite entrever lo que está en juego en esta búsqueda: la conquista de lo verdadero a través de la falsificación. «Esta novela da a los libros que le siguieron un nuevo comienzo, una nueva perspectiva, invita a su relectura... El Condotiero provoca esa fascinación por los orígenes que todos experimentamos; y no solamente ilumina la obra posterior de Georges Perec, sino que también hace posible que nos acerquemos al autor de una forma totalmente nueva» (Christine Montalbetti, Le Monde). «Una verdadera-falsa novela policiaca, lúdica y existencial que revela ya algunas obsesiones del futuro autor de Las cosas» (Baptiste Liger, Lire). «¿Qué hacer para estar a la altura, pero manteniendo cierta distancia, de los libros que te han impulsado a escribir? Ésa es la cuestión que se plantean todos aquellos para quienes la escritura es la vida. La misma que se hace Perec en 1959, cuando declara: “He leído Moby Dick. No vale la pena escribir si no se aspira a crear una obra de ese calado.” El Condotiero no encuentra la ballena blanca, pero va tras ella» (Philippe Lançon, Libération). «La novela nos conduce a una idea de la literatura que a veces olvidamos, y que la obra de Georges Perec, como la de Jorge Luis Borges, se ocupa de recordarnos: que la grandeza no surge necesariamente de la originalidad, que la cuestión de la imitación está en el corazón de toda creación» (Tiphaine Samoyault, La Quinzaine littéraire).