Ir al contenido
Resultados de la búsqueda para: Carlos Pardo
El éxito de los profesionales de la salud depende de factores poco perceptibles, que no se enseñan en las facultades ni en escuelas universitarias y que el sanitario debe descubrir y aplicar para desarrollar todo su potencial y no caer en la mediocridad. Podemos decir que un profesional de la salud triunfa cuando domina el arte de ayudar al paciente a transformar, en la medida de lo posible, todas las variables de su entorno que condicionan su problemática personal, con objeto de encontrar una solución integral. Es por ello que en este libro no se habla de enfermedades, sino de padecimientos: todas esas cosas (manifiestas o no) que el paciente lleva a los médicos, para que éstos, con plena conciencia de su papel, se conviertan en el mejor medicamento para el enfermo, en cuyo caso éste se convierte no sólo en un médico de cuerpos, sino en un médico de almas que sabe diferenciar, con la sutileza de su arte, la enfermedad del padecimiento. El propósito del libro es que todos los profesionales de la salud que tienen el privilegio de prestar un servicio médico y de estar en continuo contacto con los pacientes, consigan llenar el vacío que existe sobre este tema.
Vida de Pablo es, por una parte, una «novela de formación» que recupera la vivacidad y el ritmo de la literatura del siglo XVIII, pero llevada a una temática y modos narrativos completamente actuales, pasados por Beckett y las vanguardias. Por otra parte, esta novela, que mezcla varios registros que van de la picaresca a la divagación filosófica, es una exploración de los borrosos límites que separan biografía y ficción, y de las anomalías sociales que esconde nuestra cultura del bienestar. Puede leerse como la crónica generacional de una juventud condenada a la marginalidad en la industria del ocio. También como un libro que asiste con curiosidad al fenómeno del enfriamiento de la amistad. Pablo es un joven artista de una pequeña ciudad del sur de España que ha sustituido los pinceles por la barra de su bar, en la que intenta hacer su propio «arte» de la caducidad. El narrador (un jovencito poeta prepotente que malvive de pinchadiscos) decide convertirse en su biógrafo y emprende un retrato picaresco de Pablo y de los personajes que lo rodean, todos a un paso de la marginación social. Pero varias digresiones le impiden llevar a cabo su biografía, empezando por la digresión más importante: el amor. Y lo que prometía ser una novela de «drogas, sexo y rock and roll» se transforma en la narración desmitificada de un primer amor con altibajos, imperfecto.