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EL CUADRO DE DORIAN GRAY (WILDE, OSCAR)
Rotundo triunfador en el teatro de su época, icono popular de la " belle époque " , Oscar Wilde es un escritor que parece tentar a quien lo lee a interpretar sus escritos en clave autobiográfica. El cuadro de Dorian Gray aparece en el mismo año, 1890, en el que se produjo el escándalo político-sexual que llevó a Oscar Wilde a la cárcel. La ambigua posición que parece establecerse en el texto entre la idea de que el arte es la última y única salvación, pero también la trampa por excelencia, hace que se relea cada vez de distinta manera, según el bagaje literario del público lector.

LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE ERNESTO . SIENDO FORMAL Y MODERADAMENTE AMBIGUO (WILDE, ÓSCAR)
La importancia de llamarse Ernesto (comedia de enredo, enlazamiento de absurdos, de donde nace el mejor Mihura) es una red compleja de divertimento, disparate y polisemia. Pero, además de lo referido, ahonda en una dualidad: Sin el lado oculto a la sociedad del Bien no hay Vida. La vida perfecta sería la totalidad de Ernesto y Jack juntos. Pero la sociedad burguesa —aún la sociedad de hoy, piénsese en los Estados Unidos— nos exige ser Jack (ser formales, ser como es debido, como la sociedad quiere) pero llamarnos Ernesto para sobrevivir, ir a una segunda vida (que debiera estar abrazada con la primera) en la que brota nuestro manantial oscuro, la fuerza terrenal del deseo, la transgresión, el eros, el profundo corazón de la materia. Hay que ser Jack —dice Wilde—, pero sin llamarse Ernesto —él lo sabía perfectamente— no hay más que represión o supervivencia. En tono de comedia de salón, de alta comedia burguesa —la que nace en Inglaterra con Sheridan y su Escuela del escándalo— La importancia de llamarse Ernesto es un alegato en pro de la libertad de la vida, en pro del bienestar de la conciencia, en pro de que seamos todos como somos.

EL RETRATO DEL SEÑOR W.H. (WILDE, OSCAR)
El joven Cyril Graham está convencido de que detrás de las iniciales "W.H." que figuran en la dedicatoria de los Sonetos de Shakespeare no se esconde William Herbet, conde de Pembroke, sino un joven actor de la compañía del poeta, y de quién éste al parecer se había enamorado, llamado Willie Hughes.

LA APARICIÓN DEL CRITICISMO HISTÓRICO (WILDE, OSCAR)
En este ensayo, Oscar Wilde presenta el nacimiento y la evolución del Criticismo Histórico y analiza algunas de las cuestiones que más interés han suscitado en relación con el estudio científico de la Historia: los métodos de investigación histórica y la pregunta sobre el sentido total de la misma, a la cual trata de responder la Filosofía de la Historia. Para ello, hace un recorrido a través de los más destacados pensadores de la Antigüedad, historiadores y filósofos, y aborda diversos puntos que –incluso en nuestros días– no han dejado de generar atracción y controversia: el binomio ciencia-religión, el origen de la sociedad, los factores que contribuyen al progreso humano, el racionalismo o la herencia griega y romana presente en nuestra cultura. La brillantez y la elegancia del estilo de Wilde, combinadas con su gran capacidad creativa, dan como resultado un texto de elevada calidad estética y formal que nos aporta una nueva visión de este autor tan transgresor como genial, a la vez que nos recuerda la vital importancia que tiene la Historia como instrumento de cambio social para el avance de la humanidad.

LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE ERNESTO / EL ABANICO DE LADY WINDERMERE (WILDE, OSCAR)
Oscar Wilde (1854-1900) es para muchos la figura emblemática del dandi inglés. Pero esa imagen del artista del esteticismo extremado también se vincula a la figura perseguida por la hipócrita moral dominante de su tiempo. Durante décadas después de su muerte, Wilde fue objeto de controversia y, a pesar de la condena judicial y moral a la que fue sometido, el interés del público por su obra no decreció. Su producción abarca casi todos los géneros literarios (novela, cuento, ensayo, poesía), pero es en sus obras teatrales donde despliega todo su talento artístico, como lo demuestran "La importancia de llamarse Ernesto "y "El abanico de lady Windermere." Wilde se sirvió en ellas de las convenciones y temas del teatro de su tiempo, especialmente del melodrama y de la comedia de costumbres del teatro clásico inglés, pero, gracias al ingenio verbal que le caracterizaba y a su singular capacidad para reírse de la realidad circundante sin causar la reacción negativa del público, logró trascender sus modelos y dignificar un género que se hallaba en decadencia artística.

EL PRÍNCIPE FELIZ (WILDE, OSCAR)
Uno de los cuentos infantiles más famosos de todos los tiempos, que hoy sigue entusiasmando por igual a niños y a adultos. El autor de El retrato de Dorian Gray nos relata la historia de una dorada estatua que protege una ciudad y es admirada por todos.

EL RETRATO DE DORIAN GRAY (WILDE,OSCAR)
El joven Dorian Gray es retratado por Basil Hallward, pintor subyugado por la belleza de su modelo, a quien cree la fuente de su mejor momento artístico. A través de Basil, Dorian conocerá a Lord Henry Wotton, un aristócrata que lo educará en la idea hedonista de la persecución de la belleza y el placer sensual como único objetivo digno de abrazarse. Dorian, al entender que su belleza está destinada a declinar, deseará que sea el cuadro, y no él, quien sufra esta degradación. Una vez superados los temas de la novela que escandalizaron a la Inglaterra victoriana -la autonomía moral del arte, la sexualidad de los personajes o su férreo hedonismo-, El retrato de Dorian Gray (1891) es en la actualidad una obra fundamental del decadentismo y un clásico moderno de la literatura occidental.

EL CRÍTICO COMO ARTISTA . LA IMPORTANCIA DE NO HACER NADA & LA IMPORTANCIA DE DISCUTIRLO TODO (WILDE, OSCAR)
Tan solo un mes después de publicar de El retrato de Dorian Gray, en julio de 1890 apareció la primera parte de su ensayo El crítico como artista. En septiembre de ese mismo año salió la segunda. Con lenguaje desenfadado y mordaz, propone que la labor del crítico es más meritoria que la del artista y aprovecha para escandalizar a la sociedad de su época con provocaciones y epigramas. Establece que la diferencia entre periodismo y literatura radica en que «el periodismo es ilegible y la literatura no se lee». Afirma que el público inglés «se siente mucho más a gusto cuando le habla un mediocre», y defiende los libros de memorias porque están escritos por personas que «han perdido por completo la memoria o nunca han hecho nada digno de ser recordado». Vivimos «una época en la que las gentes son tan laboriosas ?opina? que se han vuelto rematadamente estúpidas».

EL CUERPO DEL DELITO . ANTOLOGÍA DE RELATOS POLICIACOS CLÁSICOS (POE, EDGAR ALLAN / HAWTHORNE, NATHANIEL / COLLINS, WILKIE / TWAIN, MARK / WILDE, OSCAR / LONDON, JACK)
El cuerpo del delito es una recopilación de trece magníficos relatos policiacos clásicos que alterna textos consagrados con otros menos conocidos, todos ellos perfectamente representativos de las variantes de la literatura policiaca, teniendo siempre presente la máxima exigencia de calidad literaria, desde sus prolegómenos y fundación a mediados del XIX hasta los años veinte del siglo pasado.

Empezando con un relato de Hawthorne que puede considerarse precursor del género, la antología sigue con un cuento poco conocido de Poe, autor que fijó los rasgos principales del relato policiaco, y luego con relatos de grandes autores que lo cultivaron de forma tangencial como Dickens, perfecto conocedor del hampa, Wilkie Collins, Jack London, Oscar Wilde y Mark Twain, todos ellos con un delicioso trasfondo humorístico. Por supuesto recoge además uno de los famosos relatos de Conan Doyle protagonizados por el inefable Sherlock Holmes, y relatos menos conocidos de la baronesa Orczy y Richard Austin Freeman, autores que se dedicaron casi en exclusiva a la literatura policiaca y que gozaron de gran popularidad en la época. Asimismo encontramos un relato del caballeroso ladrón de guante blanco Arsène Lupin, creado por el francés Maurice Leblanc y un cuento de Jacques Futrelle, protagonizado por el profesor Van Dusen, apodado La Máquina Pensante.
La recopilación se cierra con uno de los relatos de Chesterton protagonizados por el famoso Padre Brown, más partidario siempre de redimir al delincuente que de castigarlo.

LA NARRATIVA DE O.WILDE (WILDE, OSCAR)
Durante la mayor parte del siglo XX, la valoración de Wilde como escritor y persona conoció en general dos perspectivas de acercamiento radicalmente contrapuestas; por un lado, se puede hablar de una postura «ofi cial» que ha tratado de soslayar cualquier rasgo escandaloso de la vida del autor, y que se ha centrado en los aspectos más ñoños y «folclóricos» de su obra, censurando en ellas todo mensaje que pudiera resultar «peligroso» o socialmente «nocivo». En este sentido, las obras que más se han falseado han sido El retrato de Dorian Gray y, por supuesto, los cuentos, que en muchos casos se han visto expurgados de cualquier detalle que pudiera resultar «impropio» para lectores infantiles o juveniles. Por otra parte, están los que, de manera morbosa, han incidido únicamente en los detalles más sórdidos (casi siempre exagerados) de la azarosa existencia de Oscar Wilde, prestando atención a las anécdotas y a los cotilleos más que a la verosimilitud biográfi ca. Ambas posturas —que, afortunadamente, se han visto matizadas y revisadas con mayor precisión en la última década del siglo XX y en las primeras del XXI— son injustas para con el inmenso ingenio del irlandés, uno de los escritores más conscientes y lúcidos con respecto a su labor de autor de toda la literatura universal. Wilde es un fabulador fascinante, que posee el don de contar y de envolver al lector en sus atrayentes redes verbales. Su capacidad de invención era prodigiosa, muy especialmente en los cuentos, que siempre los concibió como un género con grandes posibilidades artísticas. En este volumen se recogen todos los textos de Wilde que hoy clasifi camos como de carácter narrativo: Poemas en prosa, El príncipe feliz y otros cuentos, Una casa de granadas, El crimen de Lord Arthur Savile y otras historias, El retrato de Dorian Gray, De profundis y, de regalo, Balada de la cárcel de Reading.