Del prólogo de Carmen Ruiz-Tilve a Oviedo dibujado. A lo largo del año 1926, Francisco Ruiz Tilve, que tenía entonces 17 años, hizo una serie de dibujos en los que recogía del natural rincones de los alrededores de Oviedo, con preferencia por la falda del Naranco. Tilve, como le llamaban la mayoría de sus amigos, que eran muchos, combinaba sus aficiones principales, el arte, que acabó siendo su profesión, y el amor al paisaje y a la naturaleza, que le llevó a ella hasta el último de sus días. Así, salía de casa, ligero de equipaje, sólo armado de libreta y lápiz, y dibujaba, a la vez que charlaba con los paisanos, otra de sus dedicaciones más queridas. En otras ocasiones, como alumno de dibujo y aspirante a la carrera de arquitectura, dibujaba láminas academicistas y dibujos técnicos, todos con la precisión propia de sus dotes para ello. Así se conservan, muy mutilados por el tiempo y sus vaivenes, carpetas de dibujos de variado interés, entre las que rescatamos ahora precisamente las de ese Oviedo rural que, en gran medida, no llegó indemne a este tiempo. Un álbum de dibujos de Oviedo en 1926 y 1930. El libro recoge 19 dibujos que conforman dos series, formando todos un conjunto homogéneo. Los primeros, numerados por el autor en romanos, todos firmados y fechados en 1926, son paisajes de los alrededores rurales de Oviedo, tan abundantes y auténticos entonces. El resto, fechados algunos en 1930, otros sin fecha ni localización, completan el conjunto, unidos todos por el nexo común del tema, el Oviedo verde. Los paisajes son, todos ellos, paisajes humanizados, en los que las viviendas se convierten en protagonistas. Lujosa edición encuadernada en tapa dura con seda estampada, contenida en un estuche y con un plano de Oviedo en la época donde se localizan los lugares dibujados por el autor. Página actualizada el 24.1.2002