Este libro va dirigido al profesional o al estudiante interesados en osteopatía craneal que no tuvieron la oportunidad de seguir una enseñanza en esta rama tan específica. Como en cualquier otra disciplina de la medicina, son indispensables y prioritarios unos conocimientos de anatomía elementales, razón por la cual aconsejamos vivamente al lector que repase el «Atlas de Anatomía» que empleó en sus estudios o adquiera otro, si es necesario, con el fin de profundizar en la anatomía del cráneo, y ponga el máximo de atención en las modificaciones del biselado de los huesos craneales en cada caso estudiado, pues de ahí es de donde surge la verdadera patología. W. G. Sutherland y H. J. Magoun, padre, fueron destacados pioneros del de¬sarrollo y presentación del concepto craneal, que tanto contribuye al entendimiento y tratamiento de la osteopatía específica u otra enfermedad generada en esta región. Hasta entonces, la persistencia de cuadros tales como el síndrome del vértigo auricular de Ménière, la sinusitis crónica pertinaz, determinadas lesiones oculares, asma y migraña era uno de los principales motivos de queja del paciente y de frustración para el médico y el osteópata, incapaces, ambos, de aliviar dichos cuadros. Hoy día, gracias a esos dos insignes osteópatas, el especialista en el tratamiento del cráneo no tiene ya que temer respecto a esos problemas. Los niños con malformaciones congénitas y los que presentan inconfundibles alteraciones y distorsiones odontológicas pueden reincorporarse a una vida normal, lo mismo que las víctimas de trastornos menstruales, migraña y asma, para las cuales la «curación» siempre fue poco menos que inalcanzable. El tratamiento osteopático craneal es adecuado también en los trastornos de la visión y esperanzador para los pacientes con retinitis diabética, retinitis pigmentaria y enfermedad de Leber. Asimismo, la ceguera traumática inespecífica responde fácilmente a un programa de tratamiento craneal-endocrino equilibrado. Efectivamente, la aplicación de los principios osteopáticos al mecanismo sacrocraneal permite al osteópata tratar muchos de los casos que hasta entonces no respondían al tratamiento osteopático normal.