El padre Dumitru Staniloaë no sólo es uno de los más importantes teólogos ortodoxos de la actualidad sino que, por su vida marcada por el sufrimiento de la cárcel, por su visión del hombre y por su amor a dios, es un verdadero maestro del espíritu. Su talante espiritual se hace especialmente patente cuando trata el tema de la oración de Jesús, tan requerido por los cristianos de Oriente, y cuando habla del Espíritu Santo, el santificador y vivificador, que hace de los orantes zarzas ardientes.