En sus "Réflexions sur le commerce bleds" (1776), Condorcet distinguía entre la opinión pública –que reconoce la autoridad de las personas ilustradas- y la opinión popular, “Que es –concluye- la de la parte del pueblo más estúpida y miserable”. Este libro aborda la emergencia de la esfera pública en el siglo XVIII a partir de la distinción esgrimida por Condorcet y defendida por la práctica totalidad de los hombres de letras de su tiempo. Sus duras palabras respecto a la sinrazón de la multitud iletrada no reproducen ingenuamente los prejuicios arraigados en la sociedad de la época, sino que ante todo forman parte de la estrategia urdida por los philosophes, cuyo objetivo último tenía que ver con la instauración de una nueva élite intelectual que supo beneficiarse del debilitamiento de las viejas estructuras del Antiguo Régimen. Al subrayar la centralidad de la figura del philosophe, este relato acerca del surgimiento de la opinión pública está en condiciones de reescribir asimismo la compleja historia del nacimiento del intelectual, que cristaliza en el París de la Encyclopédie, allí donde la Ilustración se definió como un movimiento y se ajustó a un nuevo tipo ideal, el hombre de letras encarnado por Voltaire.