Las ciudades modernas se constituyen en espacios privilegiados para acercarnos a las distintas formas de construcción de la opinión pública. En ellas se dan cita pregoneros, escritores y lectores de muy variada condición socioprofesional, que inundan las calles, plazas, mercados y teatros de los siglos XVI-XVII con palabras. Gacetas, almanaques, libelos, pasquines, avisos o panfletos, que circulan de mano en mano o se transmiten de viva voz, se convierten, junto a los libros científicos, los sermones o las obras literarias, en agentes creadores de estados de opinión. Este libro pretende analizar el impacto de todos estos productos en la creación, circulación e influencia de la información en el ámbito urbano, con el fin de comprender cómo, por qué y en qué medida cobraron sentido los mensajes ideológicos, políticos y religiosos en ellos contenidos, capaces, en distinto grado y respondiendo a fines muy diferentes, de movilizar opiniones y conmocionar a los actores del mundo moderno.