El asalto a Creta fue la primera gran operación aerotransportada de la historia, y culminó con éxito; caro, pero un éxito, al fin y al cabo. Para los británicos, la pérdida de Creta fue una humillación. Las elevadas pérdidas sufridas por los Fallschimjaeger, hicieron que Hitler prohibiera desde entonces las opoeraciones aerotransportadas, convirtiendo a los paracaídistas teutones en infanteria de elite que combatiría, desde entonces, en todos los escenarios críticos de la guerra.