Los juegos Olímpicos están a punto de empezar y las Superfieras se han desplazado hasta el estadio para vigilar que nadie intente sabotear la ceremonia de inauguración. Una turbulencia sacudió la supercaravana como si un gigante la hubiese cogido con sus manazas y la hubiese zarandeado. Estábamos sobrevolando Londres donde las nubes están garantizadas prácticamente todo el año. Se iban a celebrar los Juegos Olímpicos y nos habían encargado la seguridad de la ciudad. Sin duda, debíamos mantener los ojos bien abiertos. Cualquier villano podría aprovechar el acontecimiento para demostrarle al mundo su poder. La ceremonia inaugural estaba siendo todo un éxito y había llegado el momento de encender la llama olímpica cuando, de repente, las luces del estadio se apagaron y un sonido ensordecedor resonó sobre nuestras cabezas. En seguida comprendimos que algo no iba bien pero nunca nos hubiéramos imaginado que ese algo... «¡caerían del cielo!».