Ocupados pero protegidos ofrece una nueva perspectiva sobre la situación de Bélgica durante la Primera Guerra Mundial. Diez millones de personas sufrieron la ocupación alemana: diez millones de bocas que alimentar en un país devastado por la guerra. De la caridad existente no se conseguían suficientes recursos y durante los primeros meses de combate saldría a la luz una de las mayores operaciones humanitarias de la historia. Gracias al Comité National de Secours et d?Alimentation y a la Commissions for the Relief of Belgium, Bélgica y también el norte de Francia recibieron suministros durante la guerra. El papel crucial desempeñado por un diplomático español discapacitado era hasta ahora desconocido. Como ningún otro, el flamante marqués de Villalobar (1864-1926) fue protagonista del escenario diplomático belga. Mantuvo buenas relaciones con ambos bandos, tanto aliados como centrales. Con diferentes grados de éxito, supo convertir su bien ganada reputación en acciones políticas y humanitarias y ayudó a los ciudadanos belgas por todos los medios posibles: desde importaciones de alimentos a gran escala e intervenciones para salvar las vidas de los prisioneros hasta pequeños favores que facilitaban la vida diaria bajo la ocupación. Las intrigas diplomáticasque tuvieron lugar entre bastidores hacen que esta historia sea aún más fascinante. En Ocupados pero protegidos los años de guerra cobran vida con Villalobar como guía genuino.