Este libro analiza representaciones escultóricas de la iconografía profana. Aunque tradicionalmente estas manifestaciones despertaron un interés menor que las imágenes religiosas, poco a poco han ocupado un papel significativo en la historiografía del arte medieval. En este contexto se ilustran escenas de actividades lúdicas como música, danza, caza, ejercicios de lucha o fiestas de toros, actividades cotidianas en los s. XIII y XIV. Su representación forma parte de repertorios visuales plasmados en la escultura gótica navarra y la convivencia con imágenes religiosas pone de manifiesto que son testimonio de su forma de vida y mentalidad.