El tratado de Hèring constituye el primer desarrollo fenomenológico de la doctrina sobre la especie o la esencia (según la diversa terminología) presentada por Husserl principalmente en la segunda de sus Investigaciones lógicas y en la primera sección del libro primero de sus Ideas relativas a una fenomenoloíga pura y una filosofía fenomenológica. Tratando acaso de remediar algunas imprecisiones de la enseñanza de su maestro y de completarla con nuevas clarificaciones, Hèring se propone en su escrito distinguir nítidamente la esencia, que, según afirma, cada objeto individual, tanto real como ideal, posee, de la esencialidad, esto es, del carácter eidético que determina, por participación en él, la esencia de un objeto; y ambos datos, a su vez, de esa curiosa conformación llamada la idea.