“Cuando yo nací cantaron a un tiempo las alegres campanas. Cuando murió mi madre sólo oí dos que se respondían pausadamente; son las voces de las almas del muerto y del huérfano que se dan el eterno adiós”. Este volumen que hemos denominado Obra selecta, es una adaptación de la obra Cuentecitos sin importancia, de 1891. En este caso se han eliminado tres cuentos, pertenecientes a Esmeraldas (Cuentos verdes) y Los vicios de la mujer; también se ha reordenado la maquetación original del libro, poniendo en primer lugar todos los Cuentos del delirio, después los Cuentos políticos y finalmente los Cuadros del natural. Estos relatos destacan por su variedad temática y por la forma en que están narrados, con una profusión de diálogos hilarantes y giros inesperados que a veces llevan a las historias al absurdo. Hay escenas casi imposibles, personajes que podríamos reconocer hoy en día entre los que nos rodean y situaciones de la vida que se repiten una y otra vez. Estos cuentos nos producen risa, pero también nos dejan ese regusto amargo de quien escucha al genio enloquecido contando una verdad, no menos cierta por venir disfrazada.