«El mundo, su mundo, se venía abajo. Los miembros de su ejército, al que había apoyado con su secreta colaboración desde hacía casi diez años, le acababan de traicionar en lo más íntimo. Salió a la calle, hacía frío. Era diciembre de 1988. La venganza estaba servida». Así comienza "Objetivo cero", un libro estremecedor que nos cuenta la historia de Luis Casares, el etarra confidente de la Guardia Civil que entregó a sus compañeros del Comando Eibar y que más tarde, en marzo de 1992, les condujo hasta Artapalo, la cúpula de Bidart, en el mayor golpe jamás asestado a ETA. Un militante convencido de que una Euskadi «socialista y revolucionaria» era posible, y que sin embargo eligió colaborar con las Fuerzas de Seguridad. La narración que se ofrece en estas páginas se basa en gran parte en los testimonios prestados por los terroristas una vez detenidos por la Guardia Civil. Como afirma Enrique Rodríguez Galindo en el prólogo, «Zuloaga retrata con gran maestría el personaje de un colaborador y encuentra con irrefutable lógica las verdaderas razones de su comportamiento, así como el desgarrador conflicto social, político y humano en el que vive, dejando claras y nítidas su humanidad y su grandeza».