En diciembre de 1944, los aliados avanzan hacia Berlín y, en un intento por detenerlos, Hitler planeó una rápida ofensiva a través de las Ardenas. El asalto sorprendió a los americanos que, a causa del tiempo, no podían contar con su superioridad aérea pero, la Wehrmacht tampoco disponía de suficiente combustible para poder mantener el ataque.