La figura de los coach, el hada y el trol, son quienes dirigen el comportamiento de los niños: su conciencia en forma de personajes imaginarios. Así, cada vez que surge una conducta negativa por parte del niño, el hada y el trol guían la reflexión del protagonista. La finalidad es que los pequeños lectores se identifiquen y aprendan a razonar sobre las consecuencias de sus actos.