Llevamos varios años en un escenario de crisis global o crisis sistémica que afecta a casi todos los ámbitos de nuestra vida. Las crisis suelen ser momentos de cambio, de transformación de unos modelos de organización a otros, pero también son períodos que generan violencia y provocan respuestas violentas. Afrontamos retos de gran magnitud y de difícil solución en los que aparecen intereses que se viven como contrarios, incluso en algunos casos con un nivel de contrariedad que implica estricta contradicción: son situaciones que los teóricos llaman de suma cero en las que no es posible satisfacer adecuadamente todos los intereses y la satisfacción de unos provoca dejar claramente insatisfechos los intereses de los demás.