Noches en Limehouse se publicó en Reino Unido en 1916 y desde el primer momento recibió duras críticas por tratar temas considerados inmorales por ciertos sectores de la población en esa época. Las críticas vinieron tanto del colectivo de libreros como de la prensa, el libro llegó a prohibirse y Thomas Burke fue tachado de «agitador». Por suerte, artistas coetáneos como H.G. Wells o Charles Chaplin valoraron lo arriesgado de su propuesta, y directores como D.W. Griffith adaptaron algunos de sus relatos al cine mudo en películas que llegaron a convertirse en clásicos como Lirios rotos (1919). En Limehouse, el barrio chino de Londres de principios del siglo XX, los habitantes decidieron gobernarse a su manera. Como todos los barrios gentrificados, ha sido una zona deprimida con una historia de pobreza, delincuencia, drogas y, en general, ruptura del orden social. El trasiego continuo de marineros, la mezcla cultural, la influencia asiática en el día a día de sus vecinos, en las tiendas, en las calles y en las costumbres hicieron que el distrito tuviera su propio modo de vida, que Burke describe y que hizo que la sociedad inglesa se echase las manos a la cabeza. Niñas británicas con inmigrantes chinos. Opio, alcohol, apuestas, farándula, asesinatos. Y todo a escasos kilómetros de la Torre de Londres, en pleno corazón del Imperio británico. «Leí Noches en Limehouse cuando lo escribió. No he visto nada ni la mitad de logrado. Coincidimos en que hechos como los que él ha mantenido vivos rara vez pueden darse en un paseo, pero estoy satisfecho. No quiero ver nada. No podría ser más bello que en el libro.» Charles Chaplin