En Madrid ha desaparecido La condesa de Wellington, una archiconocida obra de Goya. El asunto ha provocado un gran revuelo mediático y Charlie Mortdecai, el marchante de arte más esnob y amoral y su mayordomo-matón Jock (una especie de aterrador anti-Jeeves) se ven involucrados por las altas esferas del Foreing Office en una maraña de sucesos entre chuscos y escalofriantes en los que intervienen en hilarante sucesión un Rolls Royce blanco, un millonario estadounidense, una apetitosa e insaciable viuda, un Cadillac azul pastel, la señora Spon, el desierto de Sonora, algunos asesinatos, y esos secretillos tan celosamente guardados por los pares del reino que de jóvenes fueron a selectos y exclusivos internados ingleses para chicos. Antes de convertirse en escritor, Kyril Bonfiglioli (Eastburn 1929; Jersey, 1985), fué marchante de arte en Oxford y editor de la revista de ciencia ficción Science Fantasy. Su personaje, Charlie Mortdecai, un antihéroe dedicado, como el autor, a la compraventa de obras de arte, es el inmoral protagonista de una serie de novelas negras, todas a medio camino entre un humor deliciosamente depravado y las atmósferas oscuras de los escenarios del crimen. No me apuntes con eso, escrita en 1972, es la primera de la serie. La siguieron Something Nasty in the Woodshed y After You with the Pistol, y una novela de aventuras, Todo el té de China (Península, 2000). Sus libros se siguen publicando en todo el mundo y son objeto de culto entre los aficionados al género.