Janice Galloway cuenta en NADA QUE VER CONMIGO la historia de su infancia, el mundo en el que las palabras y la música eran para ella secretos felices y la vida familiar oscilaba entre la absurdidad y la desintegración. Con un padre borracho, una madre leal y una hermana mayor perversa y dominante, Galloway creció con los ojos bien abiertos y la boca cerrada. En este libro sombríamente divertido, la autora evoca la esperanza y la confusión de la niñez, y describe cómo, poco a poco, una incipiente furia insospechada empuja a una niña callada a encontrar su voz y su lugar en el mundo.