El modelo alimentario corporativo, que actualmente domina los sistemas alimentarios del planeta, es ambientalmente destructivo, financieramente volátil y socialmente injusto. Su responsabilidad fundamental en la crisis alimentaria global está bien documentada. Tristemente, las soluciones que proponen gobiernos e instituciones internacionales son un llamamiento a continuar y recrudecer el modelo, a impulsar nuevas o viejas tecnologías destructivas, a desarrollar aún más el mercado global y a mantener el poder de las corporaciones sin ningún tipo de regulación. Es decir, todos los elementos que caracterizaron y caracterizan la crisis alimentaria mundial. Necesitamos visualizar y crear soluciones reales, propuestas por las personas más afectadas por la pobreza y el hambre que produce el régimen alimentario corporativo. Este libro más que una crítica es una ventana al pensamiento y a la acción de los movimientos sociales que luchan para que los sistemas alimentarios sean controlados democráticamente. Trata del surgimiento de alianzas para la transformación de nuestros sistemas alimentarios. ¿Cómo podemos convertir el movimiento de consumidores y productores por una alimentación sana y producida y distribuida de forma equitativa y sostenible en una fuerza política transformadora? ¿Qué podemos hacer para que no sea una moda pasajera, o se contente solo con algunas reformas débiles o como un conjunto de proyectos de alimentación y agricultura aislados? Las y los activistas agrícolas, alimentarios y laborales que han aportado sus textos representan un amplio y diverso espectro de las luchas que se están desarrollando a lo largo y ancho del planeta. Sus reflexiones son adecuadas para diseñar el camino para recuperar nuestro derecho a una alimentación sana y suficiente, y a su control. Es decir, para defender nuestra soberanía alimentaria.