Todo hombre es social por naturaleza. De hecho, necesita de la sociedad para sobrevivir y desarrollarse humanamente. Además, las relaciones que establece con los otros, cercanos y lejanos, configuran no sólo su persona sino el hábitat donde transcurren sus días en esta tierra. Dentro de la teología, la moral social se ocupa de analizar la vida en sociedad del ser humano, pero también trata de poner de manifiesto las responsabilidades y compromisos que cada individuo y cada grupo adquieren en favor de los demás y de todo aquello que les rodea. Después de presentar las bases de la moral social y su propio estatuto hermenéutico («Premisas y fundamentos»), se abordan los principales temas que configuran dicha materia («Escenarios y problemas»): la familia, la demografía, el trabajo, las migraciones, la política, la salud, el dinero, la ecología, la guerra y la paz. Por último, se plantean los retos que aparecen en el horizonte, destacando la virtud de la esperanza, virtud que impide desanimarse ante el futuro inmediato y salvoconducto que libera de quedar encerrados para siempre en los límites de lo terreno y material («Retos y esperanza»). Moral social es la quinta y última entrega de un proyecto integral de moral cristiana que lleva por título «La vida en el Espíritu».