El juez Emilio Calatayud se ha hecho famoso dentro y fuera de nuestras fronteras, por sus sentencias ejemplares y su sentido común a la hora de aplicar la justicia sobre los menores de edad. Este juez, conservador y revolucionario, inconformista y solidario, defiende que todo el mundo puede equivocarse, y más en el proceso de aprendizaje de la juventud, por eso sus decisiones siempre tratan de reeducar y sacar lo mejor de cada chaval. En este libro nos cuenta de viva voz cómo empezó su andadura, su opinión sobre la educación que los padres están dando actualmente a sus hijos ―incluye la transcripción de una conferencia que dio sobre este tema y que ha sido vista por más de un millón de internautas― y los casos de su juzgado de Granada que más sorpresa han despertado en la sociedad: • Condenado a dibujar un cómic, narrando su delito, a Enrique ―el ilustrador de estas páginas―, el chico que conducía una moto sin seguro. • Castigado a aprender a leer y escribir un joven analfabeto por robar material de construcción. • Gamberros obligados a colaborar con una institución de asistencia a personas con discapacidad por mofarse de un minúsvalido.