Preguntando a los géneros clásicos de la pintura, este ensayo propone un camino de entendimiento de la experiencia artística como crítica propia de la visualidad y su historia. Recuperar la experiencia artística como utopía sensorial puede ser cuestión, tal vez, de mirar con un ojo cerrado, guiñando el ojo a las trampas de la imagen y los mecanismos que la rodean; una crítica a fin de cuentas a la mirada hegemónica del arte actual: masculina, burguesa, occidental y heterosexual.