Sufrimos con las pérdidas significativas aunque también podemos ganar a partir de ellas. Cada renuncia entraña una pérdida. Es una crisis y comporta un proceso de duelo, es decir, un proceso paulatino de despedida, de desapego. Y cada duelo debe ser elaborado saludablemente, permitiendo que cicatrice la herida afectiva que se ha producido. Este libro ofrece una mirada cálida y cercana a las pérdidas y a los aprendizajes que de ellas se desprenden. Una mirada de libertad. Libertad para escoger nuestras actitudes ante los avatares de la vida.