Mi madre, “la Juana” cuenta la aventura de una mujer joven exiliada en el suroeste de Francia a finales de los años treinta. Es la misma historia de millares de mujeres y hombres expulsados de su España natal y, sin embargo, también es un relato singular, pues el propio exilio nunca se parece al de los demás. Juana se fugó, como tantos otros, de un ejército y un régimen de los que nada podía esperar. Encontró refugio en el Yonne y, en la tormenta del principio de la Segunda Guerra Mundial, perdió a su hijo Juanito. Esa es la historia que nos cuenta Mario Graneri-Clavé desde el punto de vista de Juana, a quien él conoció muy bien en su infancia, con la ayuda de Juan Morente Álvarez, el hijo recobrado por una milagrosa casualidad y con el que se convirtieron en compañeros de juegos.