La peripecia de Sybylla Melvin, desde que su familia decide trasladarse a una granja y, sin la menor experiencia agrícola, cae lentamente en la ruina, está llena de cambios improvisados: de la granja a la gran mansión de su abuela, donde el ambiente es musical y leído, de ahí a las miserias de un trabajo como institutriz en casa de una mujer inculta y con unos niños salvajes, y de ahí de nuevo a la granja. Para ella, la naturaleza y la cultura no se oponen… pero no tarda en descubrir que, en el mundo que asiste a su formación, nunca dejará de ser un bicho raro.