Siri muzungu; ndi muganda wawu No soy blanca; soy ugandesa de los pies a la cabeza. Así se define la autora en numerosas ocasiones después de sentirse plenamente enraizada en una nueva cultura y en un ambiente totalmente distinto al que había vivido en el pasado. En el momento álgido de una etapa esencial de su tramo misionero y semanas antes de comprometerse oficialmente a su deseada opción de vida, algo inesperado arruina el propósito más anhelado de esta mujer con apenas treinta años: entregarse plenamente al continente africano. Después de viajar profundamente a su interior, Càrol se enfrenta a una mezcla de sentimientos que reorientan su realidad. Así descubre que su sueño inicial de vida, a pesar de haberse interrumpido, sigue latiendo de una forma distinta y con más intensidad que nunca.