Hablar de México es referirse a un país con una gran tradición histórica. Es mover los hilos de un enorme tejido de culturas que tienen su propio pasado y su propia herencia. Desafortunadamente, esta multiplicidad ha sido negada a lo largo de los años que han pasado desde la Conquista. Y ha sido precisamente esta actitud la que ha provocado que las diversas culturas asentadas en nuestro territorio sean vistas exclusivamente bajo la mirada y patrones del pensamiento occidental. Al tratar de integrar a las culturas indígenas al desarrollo nacional, lo único que se ha hecho es negar su origen y segregarlas de este México imaginario, que se ha creado tomando como modelo a las civilizaciones extranjeras. En este texto, que con el paso del tiempo se han convertido en todo un clásico, el autor hace un llamado a la conciencia nacional para formar en México nuevo forjado en la multiplicidad de sus herencias culturales. "Hay que redirigir Occidente", nos recuerda el autor. De esta menera, México será plural y la civilización mesoamericana será protagonista.