Tan pronto como los Monasterios de Suso y Yuso y su entorno fueron proclamados Patrimonio de la Humanidad, el 4 de diciembre de 1997, se erige la Fundación San Millán que hunde sus raíces en lo antiguo y lo moderno: el feudalismo y el monacato, los cenobios y los monasterios, la belleza de los territorios y el fomento de la biodiversidad, la historia de la lengua y las nuevas tecnologías.