A juicio del autor, la Semana Santa de Sevilla quizás hoy esté sumida en una crisis de naturaleza relativamente diversa a la de tantas otras como ha sufrido a lo largo de su historia. Pero quizás esta vez la crisis por la que la Semana Santa atraviesa sea reflejo de la crisis, honda y grave, en la que se encuentran no pocas de aquellas creencias –repito: religiosas ¡y no religiosas!– sobre las cuales Europa ha estado en pie durante más de veinte siglos. Reconociendo la enorme importancia que lo emocional y afectivo tiene en la Semana Santa , en estas páginas se ensaya una vía, a medio camino entre la tradicional devoción cofrade y la postmoderna afición semanasantera, para encarar así la creciente banalización que la Semana Santa de Sevilla actualmente parece estar sufriendo.